Un zorro frecuenta a menudo Celeiro, donde es «a atracción»

y. garcía VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

cedida

«Parece a nosa mascota» señalan desde Aspanane en Lavandeiras donde el animal merodea incluso a plena luz

20 ene 2021 . Actualizado a las 14:13 h.

En un paseo rutinario, de media mañana, por la zona de Lavandeiras en Celeiro me encuentro con un simpático zorro, en la parte ajardinada del parque de bomberos. Relajado, tomando el sol, mientras dos urracas le observan desde el cierre, sin asustarse demasiado de la cercanía humana. Es un «golpe» que desde hace un mes aproximadamente ronda la zona con mucha frecuencia, sobre todo por la mañana, según señalan desde dicho parque aunque hay que tener en cuenta, subrayan, que se trata de un animal salvaje. Por buscar comida seguramente, es ahora un visitante asiduo al núcleo celeirense, que tiene por costumbre darse un paseo también por los alrededores de Aspanane o la piscina y, al parecer, se le ha visto también por la lonja. Curiosamente, donde se ubica ahora la depuradora, antiguamente, cuando aún no se había construido la actual carretera, había una playa llamada de Os Golpes, confirma el celeirense Vicente Míguez. «Era unha praia moi pequeniña», señala, recordando haber visto alguna foto antigua de la misma.

«O animal está case asilvestrado, porque hai a quen lle vai comer á man prácticamente, xa que se acostumou ao entorno humano. En Celeiro é a atracción. Non se deixa coller, só que te achegues a él», comentan desde el parque de bomberos viveirense, ya más o menos habituados a ver a este peculiar visitante de cuatro patas, fino hocico y espesa cola, de la familia canidae y conocido también por raposo.

«É a nosa mascota», dice Elena Santos, directora del centro de Aspanane. «É moi guapo. Como temos os grupos burbulla, fomos sacando un por un fóra para que os rapaces do centro o visen e estaban encantados, aínda que xa sabemos que é un animal salvaxe. El achégase e anda arredor».

Al lado, en la piscina municipal del Concello de Viveiro trabaja como recepcionista Mar Díaz, quien señala que «ten moitísima confianza, aparte de que é raro ver o golpe tan á luz do día». En su casa, en Abrela, recuerda otro que «viña comer ao porche ao pienso dos gatos». «A moita xente nos gusta e ata o vemos como algo peculiar pero penso que tampouco é realmente bo que se acostume ás persoas, porque non todo o mundo vai reaccionar igual, ou que cheuge a perderlle o medo aos coches», añade.

Más casos

No es ni la primera ni la última vez que animales salvajes se acercan a zonas pobladas, seguramente siendo la búsqueda de comida su principal razón. El año pasado se pudieron ver más de lo habitual en entornos habitados aunque entonces era debido, principalmente, al confinamiento. En el caso de zorros, ha habido muchos más casos en A Mariña, como aquel al que bautizaron en 1999 como Antón y rondaba el interior de las instalaciones de Alúmina Aluminio como Perico por su casa u otro que llegó a «socializar» con personal de la estación de Feve de Xove. Pero nunca hay que olvidar cuál es su hábitat real: el monte.