La lucha de los trabajadores de Alcoa: «Agárraste á esperanza, pero levar seis meses na corda frouxa fai mella»
A MARIÑA
Decenas de operarios y familiares apoyaron este jueves al comité en el exterior de la factoría
04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.José Manuel García lleva 38 años trabajando en la fábrica de aluminio de San Cibrao. Los dos anteriores había trabajado en auxiliares. Este vecino de Foz piensa o, mejor dicho, quiere pensar que Alcoa no será capaz de finiquitar la única fábrica de aluminio primario que queda en España. «Véxoo con optimismo, sigo pensando que non vai pechar», apunta el hombre, cuyo hijo, Luis, de 40 años, también está empleado en la factoría. Él, en cambio, tiene una visión más pesimista. «Agárraste ás esperanza, pero xa levamos seis meses estando na corda frouxa e iso fai mella», señala.
«Se pechase a fábrica teriamos que arrincar coas fillas para onde fose»
«Temos tres fillas, de 8, 7 e 4 anos, e as tres naceron aquí porque en Burela hai hospital, e hai hospital porque está a fábrica, que antes calquera muller tiña que ir dar a luz a Lugo. E iso, aínda que moita xente non o valore, vaise ver moi mermado se a fábrica pecha, igual que o resto». Alberto Díaz, vecino de Alfoz que trabaja en Aluminio desde hace 21 años, y su mujer, Rosana Fraga, reflexionaron sobre lo que podría ocurrir en la comarca si la crisis de Alcoa no se soluciona de manera favorable. «Os negocios se non teñen venda pechan, e quedarían os xubilados, pero ata eles o pasarían mal», indicaron.
«Neste momento Alcoa está deixando caer as dúas plantas»
Trabajan codo con codo para las dos plantas, la de Alúmina y la de Aluminio, pero sus expedientes están asignados a una de ellas, así que algunos trabajadores del laboratorio de Alcoa también se verán afectados por el ERE (expediente de regulación de empleo). «Neste momento Alcoa está deixando caer as dúas plantas», apunta Ángel Ramón Villares, vecino de San Cibrao de 60 años y que lleva 36 en la factoría. Antes estuvo en la de Avilés. Una compañera, Tamara Díaz, madrileña de nacimiento, pero casi mariñana de adopción, está en la lista del ERE. «Llevo cuatro años como técnico de laboratorio, y antes estuve uno con una ETT», cuenta. Confía en que haya una solución.