Indignación en la hostelería por las restricciones en A Mariña con un nivel de alerta cero

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

«Es injusto», claman sobre el veto a servir en las barras, y apuntan: «De poco sirve limitar la hostelería cuando hay fiestas en pisos con 15 personas»

22 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nuevas restricciones anunciadas por la Xunta para evitar contagios de covid, que entraron en vigor la pasada medianoche, han sentado como un jarro de agua fría en el sector hostelero de A Mariña, que tras unos meses de agosto y septiembre mejores de lo previsto, se dispone a afrontar la larga travesía del otoño y el invierno.

Apenas hay disensiones en considerar injusto el trato que se propina a la comarca, con la orden generalizada en toda Galicia de no servir consumiciones en las barras, reducir el aforo al 50 % y prohibir los grupos de más de cinco personas. Es así argumentando que cuando se confinó en julio A Mariña, las medidas no se aplicaron al resto de Galicia, porque la incidencia del coronavirus era pequeña: «E agora, cando aquí estamos case libres de covid, impóñennos estas medidas. É totalmente inxusto», señala Javier Torviso, gerente del bar Zielo de Ribadeo, resumiendo un sentir generalizado en el sector.

Luis Vizoso, responsable del mesón-restaurante A Ría de Viveiro, abunda en esta opinión: «Paréceme inxusto, porque aquí case non hai casos, pero a norma é a que é e non queda outra que respectala. Para min é unha medida drástica, porque me afecta moito. Nos negocios que temos unha barra grande, dá moito xogo, dá movemento, dá vida ó local. No caso dos grupos e de reducir o aforo aféctanos menos porque co covid non hai grandes grupos nin banquetes, excepto xente que ven de traballar».

Jacobo Martínez García, al frente del Mesón O Alén de Ribadeo, apunta a que el cierre de barras será difícilmente asumible por muchos hosteleros: «Pechala supón perder unha parte importante de ingresos agora, cando se estaba traballando bastante ben. Agora vai pasar que se veñen tres parellas xuntas, teñen que cenar e mesas separadas... cinco poden, seis non. Bastante tiñamos co problema do horario, porque empezas a dar cenas ás dez, dez e media e, como impoñan o toque de cena, pois non sei, supoño que haberá que pechar».

«Entendo que se tomen medidas, pero sería mellor que fosen drásticas: pechar vinte días todos e mellorar a situación. Así o que fan é afogarnos a todos e sinalar á hostalería. Parece como se os bares fosen os culpables de todo, cando vemos autobuses e o metro cheos de xente. O problema non son os bares, porque os clientes están mentalizados e cumpren case todos».

Nicasio Giz, del Bar Lodeiro de Viveiro, señala: «Aquí non hai tantos casos como para impoñernos unhas restricións así. Cando pecharon en xullo A Mariña non o fixeron co resto... por que agora si o fan con nós? O dano é moi grande. Teño seis empregados e como impoñan ademais o toque de queda, pois non sei como imos seguir. O verán foi ben, remontamos un pouco, pero agora volvemos ás andadas».

También desde Acisa Ribadeo se critica la medida, tachándola de injusta y recordando el enorme daño que ocasionó a la economía local el cierre de julio: «Ahora estamos en otoño, hay días en los que es normal que llueva, y eso implica que las terrazas no se puedan utilizar. ¿Cómo vamos a subsistir?». También critica que no se sepa hasta cuándo se van a prolongar las medidas y asegura estar recibiendo llamadas de socios «desesperados».

«De poco sirve limitar la hostelería cuando hay fiestas en pisos con 15 personas»

«De poco sirve limitar el servicio de la hostelería cuando se están produciendo fiestas en pisos con más de 10 y de 15 personas; cuando está habiendo grupos de adolescentes y no tan adolescentes en Ribadeo y la comarca, en zonas donde al día siguiente aparecen botellas y restos de esos encuentros. Y también sabemos que se producen reuniones de decenas de coches a altas horas de la madrugada en el aparcamiento de la zona comercial exterior de Ribadeo», apunta Jesús Pérez, gerente de Acisa.

Juan Carlos Fernández Carreiras, propietario del grupo A Quinta, aporta otro punto de vista: «Si estas medidas se quedan ahí me daría por satisfecho, porque si imponen un toque de queda, por ejemplo, a las nueve de la noche, entonces sí que vamos a la quiebra. Es la única lectura positiva que puedo sacar: que se podrían quedar ahí y no nos van a cerrar, porque ya no busco ganar dinero, sino pagar sueldos, facturas e impuestos. Los hosteleros no somos los culpables y en caso de ser alguno, lo que tendrían que hacer es cerrarlo, pero no castigar a todos».

Juan Edrosa, del Náutico Bar & Tapas de Ribadeo, apuntó: «Cuando en verano confinaron Ribadeo lo aceptamos, y eso que apenas había casos, y ahora de nuevo es injusto que apliquen unas restricciones indiscriminadamente. La salud debe primar, pero deberían tener en cuenta que estas decisiones son muy perjudiciales para un sector que genera mucho empleos y que está dando ejemplo en la aplicación de las medidas. Los contagios no se dan en bares y restaurantes, pero apuntar hacia la hostelería es lo más fácil, una medida más efectista que efectiva».