Los 38 trabajadores «que más empeño ponen» de Viveiro ya cobran su «nómina»

Lucía Rey
Lucía Rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Usuarios de Aspanane y directivos de EV, al fondo, con cantoneras de cartón que montan
Usuarios de Aspanane y directivos de EV, al fondo, con cantoneras de cartón que montan XAIME RAMALLAL

Ensamblan para la empresa EV piezas de un acumulador que se exporta a 9 países

15 oct 2020 . Actualizado a las 07:52 h.

«Hay que doblar por aquí, ahora por aquí, y después hacer así», explica María José mientras maneja con gran destreza y mayor esmero las piezas de cartón con las que fabrica una cantonera de protección para los acumuladores de calefacción Dousystem de la empresa Electromecánicos Viveiro (EV): un producto muy innovador que se exporta a nueve países como Reino Unido, Irlanda, Francia, Alemania, Portugal, Italia, Bélgica, Bulgaria y Chile. María José es una de los 38 usuarios de Aspanane (Asociación de Pais de Persoas con Discapacidade Intelectual de Viveiro) que desde el 2019 participa en este proyecto de integración laboral a través del que todos los meses reciben una gratificación económica que cariñosamente llaman «nómina». «Para nosotros es importantísimo porque se sienten realizados a nivel laboral y ponen todo el interés en hacerlo bien, aunque a veces les cueste por las limitaciones que tienen», destaca Elena Santos, directora de Aspanane. El responsable comercial de EV, Andrés Basanta, subraya que el trabajo que se realiza en Aspanane está totalmente integrado en la cadena de producción de una firma que el año pasado fabricó 50.000 equipos y facturó 6,8 millones.

«Tienen su almacén y todas las semanas les mandamos el material con una orden de trabajo, exactamente igual que al resto de proveedores», detalla Sara Arrizado, trabajadora de EV y encargada de coordinar con la asociación una colaboración laboral que había arrancado a principios de los 2000, cuando el bum de la construcción situó a esta empresa viveirense especializada en el diseño y fabricación de equipos de calefacción eléctrica para uso doméstico en niveles de ventas históricos. Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria y posterior la crisis financiera dieron al traste con aquella iniciativa tan positiva en torno al año 2010. Los pedidos de acumuladores para obra nueva se desplomaron y el negocio afrontó una complicada travesía económica de la que comenzó a salir en el 2015, cuando uno de sus tres socios, Plásticos Ferro, con sede en Muras, compró la sociedad al completo apostando aún más fuerte por la innovación y la exportación.

Durante todo este tiempo de parón, el «sueño de volver a trabajar para la fábrica» ha acompañado a los trabajadores «que más empeño ponen», como reconocen Mercedes Varela, presidenta de Aspanane, y Maricarmen Alonso, miembro de la junta directiva. Cuentan que siempre preguntaban cuándo volverían los encargos, y cuando el panorama de EV permitió retomar la actividad «se sintieron felices».

Los paneles de control

Y hoy en día, la aportación de Aspanane va bastante más allá de los embalajes de cartón, puesto que sus usuarios también se encargan de ensamblar las «carátulas», es decir, los paneles de control de los acumuladores, colocando la placa de potencia y el cableado, sacando la sonda de temperatura o instalando el interruptor de encendido, entre otros cometidos. «Pueden hacer muchísimas cosas, tanto para nosotros como para cualquier otra empresa», anima Basanta.

«Para ellos es una satisfacción enorme, un incentivo, y para nosotros es una acción social gratificante», comenta el director general de Electromecánicos Viveiro, José Daniel Cuesta. Él, junto con Basanta y con Arrizado, ensalza el enorme esfuerzo de los usuarios. «Viene todo perfecto. Incluso hay cosas que hacen mejor que nosotros porque son muy meticulosos, muy ordenados. Para ellos trabajar para la fábrica es como si fueran empleados de ella», comentan.

Además de María José, este jueves estaban en el taller de madera del centro ocupacional donde montan los componentes y los subconjuntos Luis, Álvaro, Emilia, Kiño y Ché. Otros usuarios permanecen en sus casas esta semana debido a las medidas implantadas para prevenir contagios de coronavirus. «Ellos son grupos de riesgo y extremamos las precauciones», cuenta Santos, que añade: «Estamos al cincuenta por ciento. Una semana vienen unos y a la siguiente otros».