«Las becas para deportistas de élite no son gran cosa y con esto puedo conciliar»
El reputado campeón viveirense asistió a los últimos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en el 2016, aunque como suplente. Fue después de eso cuando la necesidad de encontrar un trabajo que lo mantuviese se hizo más patente. Por eso se hizo cargo de la empresa familiar, Tecrima. «Las becas para deportistas de élite, no son gran cosa, y costearme competiciones internacionales de mi bolsillo es inviable. Cuando mis padres se jubilaron me hice cargo de la empresa, y estoy contento porque ha crecido y me da tranquilidad para seguir entrenando y poder mantenerme», explica.
Su gran objetivo ahora está fijado en los Juegos de Tokio 2020, pospuestos para el próximo verano por la pandemia. Si bien, la mayoría de las competiciones en las que Cristóbal Rodríguez debería estar peleando por su clasificación están canceladas.