Aluminio San Ciprián: valor, y valores

Rita Morrigan

A MARIÑA

CEDIDA

17 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Actúa con Integridad. Opera con Excelencia. Cuida a las Personas. Estos son los valores que Alcoa predicó hasta el sectarismo en la fábrica de San Cibrao con el fin de crear conciencia de empresa en su plantilla. Una enorme pancarta rotulada con los mismos presidía la última reunión de negociación del ERE entre Alcoa y Comité el pasado 4 de agosto en el restaurante Los Robles de Lugo. Algunos mariñanos aguardamos allí, junto al río Miño, alguna noticia durante las más de treinta horas que duró la negociación, la cual terminó sin acuerdo y con la multinacional y sus abogados levantándose de la mesa para ir a descansar. A nuestro Comité lo obligaron a quedarse varias horas más para leer con suma atención y corregir las actas de la reunión. No hubo acuerdo porque Alcoa estaba empeñada en apagar las cubas antes de negociar las suculentas indemnizaciones que se hubieran llevado los trabajadores por aceptar. Pero esos cheques solo llevarían 534 nombres, y no los mil que se habrían ido a la calle. Además, si se hubiera decidido apagar el corazón de la comarca, la agónica muerte de A Mariña habría comenzado. «¿Cómo es posible que no acepten el dinero?», pensaron probablemente las utilitarias mentes de los ejecutivos y los abogados de la multinacional. ¿Quién mejor reconocería el beneficio y el provecho propios? Pero allí se les estaba escapando algo; sus contrincantes no negociaban con sus mismos criterios de ganancia. Si las cubas se paraban perdían los trabajadores, pero también los compañeros y compañeras de las empresas auxiliares, perdía A Mariña y el resto de la provincia de Lugo. Allí se sacrificaron 534 finiquitos cuantiosos, mucho dinero, con un honroso fin: el bien común. ¿Alguien pensaba que esto no era posible en los días que corren? ¿Quién o qué habrá sembrado tanto egoísmo en nuestras conciencias, y con qué oscuro propósito?

No obstante, no creamos que está todo hecho. La multinacional no se ha rendido ni resignado, tan solo ha escuchado los «por aquí es mejor que no» de sus exclusivos abogados. Se ha replegado para ganar tiempo, pero sus intenciones siguen siendo exactamente las mismas que siguió en A Coruña y Avilés; quiere apagar la cubas, detener el corazón de A Mariña, desmantelarnos y arrojar lo que quede a los buitres. Vigilemos que el proceso de venta a Liberty avance y no se estanque hasta el 28 de septiembre. Vigilemos que las instituciones no se dejan engañar y supervisan activamente el proceso para que Alcoa actúe con la integridad que predicaba, opere con excelencia para negociar reglamentariamente la venta de la fábrica de San Cibrao, y cuide de las personas, de los que fueron sus agradecidos y leales vecinos de A Mariña.

El Comité de empresa de San Cibrao demostró con su valentía que aún son posibles las grandes gestas. Esta pervivirá para siempre en la memoria de A Mariña, aquella «aldea de irreducibles galos a lo Asterix... pero en el Finisterre europeo y en el mundo de la metalurgia», como alguien nos definió durante esta guerra, y que llevó a la comarca a escribir una hoja de su propia historia durante los días 4 y 5 de agosto del año 2020.

Para todo aquel que quiera apagar las cubas ha de saber que el aluminio circula por nuestras venas y que el corazón nos late ferozmente al ritmo de los compases que nos definen, y que son los valores de A Mariña: Operamos con Honradez. Actuamos con Valentía. Cuidamos del Futuro.

*Rita Morrigan es escritora y socióloga