Abuelos, bisabuela y tíos conocen al fin en persona a Eume

Yolanda García Ramos
yolanda garcía O VICEDO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Nació el pasado día 28 de mayo en A Coruña, donde viven sus padres, ella de O Vicedo y él de Celeiro

11 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca pensamos que «Encuentros en la tercera fase», película del año 1977, se ajustaría tanto a una realidad que ha superado a la mismísima ficción con creces debido al covid-19. Pasaron más de cuatro décadas del trabajo cinematográfico del gran Steven Spielberg en el que se hablaba del primer contacto de humanos con extraterrestres. Pero su título se ajusta como anillo al dedo en la desescalada en la que nos encontramos y ahora reencontramos. La fase 3 permite desde el lunes las ansiadas visitas de familias separadas por fronteras provinciales, recuperando poco a poco esa rutina que mitigaba el distanciamiento habitual. Y más habrá este fin de semana.

Ni a viernes, ni sábado ni domingo quisieron esperar Fátima Parapar de O Vicedo ni Jonás Sánchez de Celeiro (Viveiro). Residen en A Coruña, donde su pequeño Eume nacía el pasado día 28. Es otro «niño de la pandemia», como ya llamamos a los nacidos en tiempos del covid-19.

Salvo la abuela materna, Celeste, que vive en el municipio vicedense y se desplazó para ayudar a su hija en el cuidado del otro nieto, Tiago, ni su marido Antonio, ni los abuelos paternos Olga y Andrés ni la bisabuela Maruxa, conocían en persona al bebé. Desde el lunes dejaron atrás las videollamadas, como también los tíos de Eume. Su madre es matrona en el Materno de A Coruña y cogió precisamente la baja por el embarazo «sendo o día último que traballei o día antes do confinamento», dice. El padre es ingeniero de caminos y ahora disfruta de su baja por paternidad.

«Moi contentos»

«En canto poidemos cruzar... cruzamos de provincia, sobre todo por Tiago, que xa necesitaba estar cos avós e xogar no campo», señala Fátima, añadiendo: «Os avós estaban desexando velos. Agora estamos moi contentos, tiñamos moitas ganas pero tamén medo». Reconoce que se les hizo «largo» pasar estos meses sin ver a la familia, que solían visitar al menos cada quince días. Salvo cuando toque revisión médica, prevén pasar ahora más tiempo en O Vicedo. Aprovechar el robado que nos robó el covid-19.

«Agora estamos moi contentos, tiñamos moitas ganas de vir», dice su madre, Fátima