Tras catorce cursos seguidos en Preferente, vuelve a Tercera, una categoría en la que está a solo once puntos del top 10 histórico
31 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Catorce temporadas consecutivas en Preferente son demasiadas para un club con 97 años de historia y que rozó la Segunda División B en cinco ocasiones. Los números no engañan y sitúan al Viveiro entre los grandes clásicos gallegos de la Tercera División. La clasificación histórica pone a los mariñanos en la undécima posición, a solo once puntos de un gigante como el Racing de Ferrol y solo por detrás de otras reputadas entidades como el extinto CD Ourense, el Lalín, el Cerceda, el Celta B, el Lugo, el Lemos, el Alondras, el Arosa y el Deportivo Fabril.
Con el cuadro departamental en Segunda B, los mariñanos tendrán en el 2020-21 una buena oportunidad para colarse en ese top 10 y seguir engordando un currículo de 28 temporadas en categoría nacional en las que cosecharon 1.164 puntos.
El veterano y apasionado presidente Alfonso de Carlos cumple el sueño tantas veces repetido de devolver al Viveiro a Tercera División tras delegar funciones en Luis del Río.
Pese a que al conjunto celeste se le presuponía el cartel de candidato, lo cierto es que durante su larga estancia en Preferente casi siempre estuvo muy lejos de repetir la hazaña que consiguió en el 2004 una plantilla en la que militaba el ahora entrenador Chusky. El estratega de O Barco devolvió la ilusión a un Cantarrana que, sin embargo, podría estar vacío en la vuelta a Tercera y a la Copa del Rey por culpa de la pandemia.
Una trayectoria casi impecable hasta el estallido de la crisis sanitaria
El covid-19 ha impedido a todos los estamentos que forman el Viveiro CF echarse a la calle para festejar una hazaña sin parangón. Cuando la liga se interrumpió hace casi tres meses, los celestes habían sumado el 75 por ciento de los puntos en juego (62 en 26 encuentros), eran los más goleadores (58) y los menos goleados (22) y tenían a Gerardo como pichichi y a Cedrón como portero menos batido. Únicamente sufrieran dos derrotas.
Su casi insultante superioridad en el liderato se vio premiada al decidir la Federación conceder ascensos, aunque no descensos.
Los héroes de un curso histórico
El club celeste empleó a 25 jugadores distintos en las 26 jornadas de liga
I. DÍAZ ROLLE
Un bloque sólido por su capacidad de trabajo y por su afinidad dentro y fuera del campo construyó una campaña única e inolvidable en los 97 años de historia del Viveiro Club de Fútbol. Chusky guió a un plantel sin egos en el que es realmente difícil destacar a algún futbolista por encima del resto.
El conjunto celeste creció desde la seguridad bajo palos de Manu Cedrón, la reguridad de Uriol, Álex Pérez y Agus, la calidad de Iván, el liderazgo de Xaime y la puntería de Arturo, Vicente y el pichichi Gerardo. Pero la hazaña habría sido imposible también sin la generosa capitanía de Álex Meitín, la habilidad de Rolle y Marino, la solvencia de Roberto Prieto y Julio Camba, los reflejos de Rubén y el trabajo de Pablo Louzao y Diego Núñez.
Hasta 25 futbolistas, 12 de ellos criados en la cantera viveirista y todos nacidos en la provincia de Lugo a excepción del asturiano Gerardo, son los culpables de un histórico y esperadísimo ascenso que se fue edificando en cada entrenamiento.
Acordada la renovación de Chusky y sus ayudantes Oke y Bebo, el cuadro mariñanano pretender continuar con el «80 o 90 por ciento» de los responsables del éxito.