Pilates y yoga juntos pero al aire libre

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Xaime Ramallal

De momento, las clases en espacios cerrados solo las ofrece la profesora viveirense Ana Cuadrado de forma individual

27 may 2020 . Actualizado a las 21:08 h.

Un nuevo comienzo. Aún el coronavirus está presente, sin saber ni cómo ni hasta cuándo ni dónde. Conviviendo con esa incertidumbre que afecta sobre todo a la economía se van abriendo sectores. Ya en fase 2, Ana Cuadrado, autónoma, ponía ayer a andar su centro de pilates y yoga en Viveiro a las nueve de la mañana con una sola alumna. En un local en el que le perdonaron el alquiler mes y medio. Donde antes entraban 8 o 9 alumnos, ahora uno al pasar a dar clases individuales. Y al primer grupo, ayer al atardecer, pero al aire libre en el parque de Covas, en un día espléndido. «En el exterior es mucho más seguro a nivel de contagio. Al aire libre la transmisión es mucho menor», indica.

Es consciente de que con clases individuales «no amortizo gastos» pero hay quien lo demanda y por ello ha apostado por reabrir Yogapilatesana (Sarana) «con vistas al futuro de hacer clases más grandes», dice. En la reapertura ha tenido una inversión extra: seguridad e higiene. Mascarillas, geles, lejía... ¿Traducido a euros?: «No he mirado ese gasto, prefiero no mirarlo. No escatimo en eso», contesta la profesora, añadiendo a su vez que va a hacerse tests serológicos cada 15 días: «De cara al público es importante saber que no estás contagiando a los alumnos. Prefiero pagarlos y estar más tranquila». Otro gasto más, aparte de los clásicos: luz, agua, iva trimestral -«con el que ya se te va la ayuda por cese de actividad», dice- , etcétera... «Y vivir, pero no tienes ingresos», resalta. Más el pago al Colegio de Veterinarios también, porque esta situación la pilló en medio de la realización de un máster cuyo último examen será en julio, tras aprobar el de febrero: «Así, además del trabajo del pilates y el yoga, tengo la opción también de salir por la rama de clínica veterinaria, donde siempre hay trabajo». Un sector en el que ha tenido experiencia laboral previa. Incluso, no descarta abrir su propia clínica el día de mañana y compaginarlo con yoga y pilates. Se siente «optimista» por esa «seguridad» laboral. «Pero todo el dinero que he ganado este año se ha ido para el máster», finaliza.

«Tirando de ahorros» y recortes «en todos los gastos posibles»

Cero actividad (del 12 de marzo al 25 de mayo en su caso) significa cero ingresos de su trabajo y, por tanto, tener que seguir adelante «tirando de ahorros», recortando «en todos los gastos posibles», afrontando «impuestos demasiado altos, más cuando no hay ingresos». Ana Cuadrado se muestra ilusionada con acabar este verano el máster cuyo título dará más valor a su currículo y será otra opción de trabajo más.

Durante el confinamiento ha dado clases gratis por video «para que los alumnos no perdieran la forma en casa» y prevé continuar con esa preparación audiovisual. Ello parece que la ha animado al online. «Ahora, a ver si preparo la página web», dice.