Malabarismos para conciliar: «Si no dispones de nadie, súpercomplicado»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Pepa Losada

Miriam Novo, de Interiorismo Arkea en Viveiro, con marido a turnos en Alcoa, lleva a su hija a la tienda unas veces y otras echa mano de sus sobrinas

19 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Este es solo un ejemplo. De muchos. Malabarismos para conciliar que les toca hacer a familias con menores e hijos en edad escolar, en las que los padres trabajan fuera de casa y se debe descartar la opción de dejarlos con los abuelos, para no exponer a los más mayores a un riesgo de contagio. Más o menos en breve llegará el verano, sin saber cómo será el grado de incidencia del virus. Aún se desconoce por ahora si se van a llevar a cabo y cómo campamentos y actividades estivales que, poco o mucho, son alternativas habituales de conciliación cuando los coles descansan.

Algunos podrían verse reflejados en el relato de Miriam Novo Rivera. Ella tiene negocio propio en Viveiro, Interiorismo Arkea, que reabrió la semana pasada. Su marido, Alejandro Fernández, trabaja en Alcoa. «A turnos, por eso es un follón», comenta. Tienen a Gabriela, de 9 años. Sin cole. ¿Cómo hizo al empezar a trabajar?: «La semana pasada, una vez la tuve que traer conmigo a la tienda. Según los turnos de Alex y alguna vez tirando de mis sobrinas. De mis padres nada, porque no quiero. Alguna vez vamos allí porque tienen un patio grande pero no puede tener contacto con ellos... Esto será poco a poco, pero de momento prefiero tirar de mis sobrinas, que están haciendo carrera, y siempre les pregunto. Los días que tienen que entregar trabajos por la tarde me quedan con la niña por las mañanas. Si no, la tengo que tener conmigo». «Y la puedo tener conmigo -resalta- porque soy autónoma y no tengo empleados, si no no puedo venir con ella. Casos como el mío hay muy pocos. Al fin y al cabo, estoy sola y la mía es una tienda que, como tengo que salir a ver obras, puedo cerrar un rato. Muy poca gente está en mi situación».

Y ahora se acerca el verano: «Espero que haya actividades, porque lleva todos los veranos yendo a actividades y todo el verano. No se sabe nada. Por las mañanas, la dejaba en el campamento y por las tardes, con mis padres, a no ser que estuviese Àlex». «¿Quién sabe qué va a pasar ahora?», se pregunta. «¿Va a haber o no?, ¿cómo va a ser?»... dice, sumando dudas. «No es como todos los veranos que te puedes organizar. Ahora aquí, según vayan abriendo las fases... vale, pero me da miedo, porque si hay un rebrote de contagio no puedo volver a disponer de mis padres. Es una incertidumbre al 200%».

Mientras no acabe el curso escolar, otra problemática son las tareas: «Mientras estoy haciendo algo en el ordenador, ella va haciendo los deberes. A todo esto, Álex está haciendo un ciclo superior de electricidad y normalmente conectan por las tardes en clase... Gracias a que yo aún puedo traerla algo a la tienda y dispongo de mis sobrinas. Pero si no dispones de nadie, es súpercomplicado». «¿Y... vas a meter en casa una persona que no sabes si tiene todas las normas de seguridad?», opina en relación a otra opción, muy compleja tratándose de una situación tan delicada para la salud propia y general, echar mano de un cuidador.

Desde que reinició su actividad el día 11, no ha parado en lo que respecta a carga de trabajo porque ahora muchos clientes quieren acabar obras y reformas que tuvieron que parar en el confinamiento. Interiorismo Arkea nació en 2005. «Ya pasé la otra crisis pero en esta es muy distinto... No tiene nada que ver», finaliza.

«¿Quién sabe qué va a pasar ahora con las actividades de verano?, ¿va a haber?, ¿cómo?...»