El último cisne negro

David Gómez Rosa (Viveiro Asesores)

A MARIÑA

26 mar 2020 . Actualizado a las 12:40 h.

El coronavirus COVID-19 se ha convertido en el último Cisne Negro. Si no sabes de que hablo, te diré que el término Cisne Negro se utiliza, en el ámbito económico, para describir aquel suceso que nadie podía prever, debido a su bajísima probabilidad, y que tiene un profundo impacto en toda la población, con enormes repercusiones económicas y sociales. Un Cisne Negro hace tambalear los cimientos del capitalismo. Ha habido otros Cisnes Negros en la historia, como el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914, la pandemia de la Gripe Española en 1920 o el atentado a las Torres Gemelas, en Estados Unidos, el 11S de 2001. El término Cisne Negro lo acuñó el economista libanés Nassim Taleb y es una metáfora que hace alusión a la creencia, existente en Europa, de que todos los cisnes eran blancos hasta la llegada de los primeros exploradores a Australia, en el Siglo XVII, donde descubrieron el primer Cisne Negro y acabaron con siglos de evidencia.

Caídas del 30% en el precio del petróleo, bajadas de hasta el 20% en las bolsas en todo el mundo, confinamiento de la población en todos los países, estas son algunas de las consecuencias que nos ha traído este Cisne Negro. Para hacerle frente, los gobiernos de todo el mundo han tomado medidas. También el gobierno de España, respaldado por la Unión Europea. Las medidas más importantes adoptadas por el gobierno español se centran en cuatro bloques:

El primero destinado a las medidas de apoyo a trabajadores, familias y colectivos vulnerables, donde se tratan de garantizar los suministros de los hogares, facilitar el teletrabajo, flexibilizar las jornadas laborales y aplazar las hipotecas en algunos casos.

El segundo, con medidas de flexibilización de mecanismos burocráticos para evitar los despidos. Son medidas para que las empresas puedan hacer expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) que aminoren los gastos de personal y que garanticen a los trabajadores el pago de una prestación durante la crisis.

El tercero, que busca garantizar la liquidez de las empresas mediante avales y créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para intentar conservar el tejido empresarial.

Y cuarto y último, orientado a medidas de apoyo a la investigación contra el COVID-19.

Ante un escenario de tanta inestabilidad y con un horizonte tan incierto, se hace necesaria una toma de decisiones rápida, ágil y certera, respecto a tu negocio, tus ahorros o tu formación, que te lleve a posicionarte en el lugar en el que sea más fácil capear el temporal y desde el que te puedas preparar para, cuando se reactive la ola de la economía, coger el impulso necesario para salir de esta crisis con más fuerza.