El otro turismo que no se promociona en Fitur y que no deja de crecer

J.ALONSO RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

A Mariña ya supera las mil viviendas de uso turístico, duplicando su número en apenas dos años

17 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A Mariña prepara su desembarco, un año más, en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que comenzará el próximo día 22 en Madrid.La comarca mantendrá su estrategia de posicionarse ante agencias de viajes y turoperadores como geodestino turístico y con los concellos se promocionarán los principales hoteles y establecimientos hosteleros. El objetivo es que A Mariña sea visitada y de ello se beneficiará un sector que no deja de crecer, el de las viviendas de uso turístico, el alquiler de casas de veraneo, que desde mayo del 2017 es obligatorio registrar en la Axencia de Turismo de Galicia. Desde entonces el crecimiento ha sido constante y, si en 2018 se contabilizaban 500 viviendas con capacidad para unas 2.400 personas, en la actualidad ya superan el millar. En concreto, son 1.043, según el Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT), de Turismo de Galicia.

Es una cifra que hace destacar a A Mariña en el conjunto de Galicia, que si bien se sitúa lejos de los registros de Sanxenxo (1.666), cuenta con cuatro municipios (Foz, Barreiros, Viveiro y Ribadeo) que superan el centenar de pisos, siendo los únicos de la provincia de Lugo que figuran en esta selecta lista.

Por concellos

Por ayuntamientos, a la cabeza está Foz, con 301 viviendas de uso turístico. Le sigue Barreiros, con 280; Viveiro, con 131, y Ribadeo, con 113. A continuación se sitúa O Vicedo, con 56; Burela, con 51; Xove, con 20; Mondoñedo, con 19; Cervo, con 18; Lourenzá, con 11; Trabada, 6; A Pontenova, 3, y O Valadouro, Ourol y Alfoz, todos con 2.

Por viviendas de uso turístico se entiende «las cedidas a terceras personas, de manera reiterada y a cambio de contraprestación económica, para una estancia de corta duración, amuebladas y equipadas en condiciones de inmediata disponibilidad y con las características establecidas por vía reglamentaria, con la peculiaridad de que pueda ser ofertado por particulares en su propia vivienda. Constituyen estancias de corta duración aquellas en las que la cesión de uso es inferior a treinta días consecutivos», indica Turismo de Galicia.

Además, están las viviendas turísticas, de las que hay una exigua presencia en A Mariña. En concreto, 5 en Alfoz; dos en Trabada, y una en Ribadeo, O Vicedo, Burela y Barreiros. Viviendas turísticas son «los establecimientos unifamiliares aislados en los que se preste servicio de alojamiento turístico, con un número de plazas no superior a diez y que disponen, por estructura y servicios, de las instalaciones y del mobiliario adecuado para su utilización inmediata, así como para la conservación, elaboración y consumo de alimentos dentro del establecimiento».

A la vista de los datos, queda claro que las viviendas de uso turístico, los tradicionales pisos de veraneo, son uno de los ejes de la infraestructura turística de la comarca, con capacidad para alojar a más de 5.000 personas. La mayoría son de particulares, pero hay casos, singularmente en Barreiros y Foz, de empresas de construcción e inmobiliarias que disponen de amplias partes de edificios que destinan a este fin.

Un sector pendiente de los cambios legales y de la prohibición de alquilar habitaciones

En el creciente peso de las viviendas de uso turístico en A Mariña radica la importancia de los cambios normativos que están teniendo lugar en los últimos meses para regularlos, al lograr la Xunta prohibir el alquiler de habitaciones para el turismo, en lugar del piso completo.

Ya lo intentó en 2017, vía decreto, pero en octubre de 2019 el Tribunal Supremo lo anuló. La Xunta recurrió, agarrándose a un aspecto formal (argumentó que no podía ser anulado su decreto porque estaba contenido en una ley anterior de la propia Xunta), no al fondo del asunto, y el Supremo le dio la razón. La consecuencia fue que solo pueden alquilar habitaciones las pensiones, hoteles o casas de turismo rural, pero no los particulares. Pero con una salvedad. Y esta ha llegado por una nueva sentencia del Supremo a través de un incidente de nulidad que data del 19 de diciembre, que en la práctica viene a significar que se permite, como máximo, arrendar una habitación, pero siempre y cuando los dueños vivan dentro del inmueble.

Esa es, en estos momentos, la única opción viable para alquilar habitaciones. Vulnerar la norma supone para los propietarios exponerse a multas que pueden ir de 900 a 9.000 euros.

Esta modificación legal afecta a dueños de viviendas de uso turístico de A Mariña, donde las características de los pisos son dispares. La mayoría son pequeños apartamentos, pero también hay casas con hasta seis habitaciones, con capacidad para una docena de personas.