La populosa ciudad del sur argentino acogió a cientos de gallegos que ocuparon puestos destacados en la sociedad. Entre otros, “el entusiasta lucense” ?como lo califica Vida Gallega- Antonio López Cal, profesor de la Escuela de Comercio y dirigente de la Casa de Galicia en 1920, o “las señoritas María del Carmen e Irene Sánchez que imparten sus labores docentes en las escuelas números 5 y 6 de la localidad”. La revista dice que “la simpática villa de Villalba, que las vio nacer, debe sentirse orgullosa de tener esparcidas por el mundo hijas tan reconocidas a su prosapia”.
En general, los gallegos tuvieron en Bahía Blanca bodegas, cafés, almacenes de forrajes y exportación de cereales y lanas, bazares, sastrerías y comercios tan conocidos como el Hotel España, de José Mª Rodríguez; el Tostadero Bahía, de Manuel Villanueva; La Nueva Suiza, almacén y mantequería de Antonio Fernández Bouza; La Casa Amarilla, de Peregrino Bouza, la más importante tienda de calzado; o los varios negocios que poseía Eladio Bautista, de As Neves (Pontevedra), un hombre que, además, ejerció un gran liderazgo e influencia sobre la colonia…