Enfermera, embarazada de 3 meses y trabajando 30 días al mes con 20 contratos

Lucía Rey
lucía rey BURELA / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Demandan contratos dignos «e transparentes» y una macro oferta de empleo público

06 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Embarazada de tres meses, traballei nun mes trinta días con vinte contratos, e iso xa no só dá falta de calidade asistencial e de descanso, senón de conciliación coa familia e con todo o mundo». Luisa (nombre ficticio), que prefiere omitir su identidad real para evitar represalias, será una de las muchas enfermeras mariñanas que, coordinadas dentro del movimiento gallego Enfermeiras Eventuais en Loita, el próximo 12 de agosto se concentrará ante el Hospital Público da Mariña contra la precariedad laboral que afecta a este sector sanitario.

Su caso no es único. Ni mucho menos. «O 90% das eventuais somos mulleres, a maioría de entre 25 e 40 anos, e estamos nunha situación na que nin dispoñemos de praza nin dun contrato fixo, senón que temos os contratos que nos proporciona o Sergas cunha dispoñibilidade case diaria», resalta esta profesional, que lleva cerca de una década encadenando contratos -ha firmado más de 500-, y rotando de servicio en servicio. «Se hoxe estou en quirófano, mañá en Rehabilitación, pasado en Primaria..., chega un momento en que sei algo de todo, e moito de nada, e iso non é calidade. Eque tipo de establidade teño? En que horario lle digo á gardería que vou levar á miña filla de meses se non sei cando vou traballar a semana que vén, nin onde nin a que hora?», expone. La conciliación laboral y familiar será el tema del mes.

«Soy enfermera por vocación, pero me planteo renunciar para tener vida»

Carmen, que tampoco hace público su nombre para no sufrir consecuencias, cuenta que es enfermera por vocación. «Hay momentos buenos en los que el trabajo te ofrece muchas satisfacciones, pero me planteo renunciar para tener vida», señala la mujer, que encadena contratos en el hospital y los centros de salud mariñanos. «Con los contratos siempre llegan los disgustos, los nervios, el pensar: ‘Qué mala suerte que no pillé uno largo’. No sabes si un mes vas a cobrar 400 euros o 1.200, y las facturas son las mismas», dice. Está embarazada, y sabe que en cuánto dé a luz, el Sergas se desentenderá de ella y pasará a depender el INSS y el paro. «Por mucho que te guste, se te pasa por la cabeza tirar la toalla y empezar otras cosas», dice.