Miranda Luaces, alto directivo de Mondoñedo que acabó en quiebra

Martín Fernández

A MARIÑA

ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

El rico comerciante mindoniense fue gerente del Banco de Galicia y Buenos Aires

24 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida del mindoniense José Mª Miranda Luaces cabría en un tango. Porque al tango le gusta más la derrota que el triunfo, el desamor que el cariño. Y él tuvo poder, dinero, riqueza y una mujer hermosa y consentida. Pero todo lo perdió cuando puso su fortuna al rojo reluciente de una mina de oro en Corcoesto (Bergantiños) y salió negro. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo en la rodada y arrastró por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser...

Miranda llegó a Buenos Aires a fines del XIX, antes de la gran ola migratoria. A una ciudad en expansión que cambiaba cada día. Comenzó de dependiente del comercio pero vio negocio en la importación y abrió su propio establecimiento, Miranda y Cía, toda una referencia por su calidad y céntrica ubicación en Cerrito, al lado del Obelisco y del Teatro Colón.

Pronto pasó a tener dinero y prosperidad. Y eso le dio respeto y le abrió las puertas de la colectividad y sus instituciones. Fue directivo de la poderosa Sociedad Española de Socorros Mutuos que tuvo el mayor número de afiliados de Argentina al ofrecer servicios médicos, seguros, pensiones y de repatriación. De sus 38 dirigentes entre 1906 y 1918, el 60% eran gallegos, entre ellos el ribadense Genaro L. Osorio y el propio Miranda. También estuvo en 1913 en el gobierno del Centro Gallego. Bajo la presidencia de Laureano Aller Pérez, el cervense Miguel Crego y él presidieron las comisiones de cuentas y de asuntos regionales.

Bancario y propietario

Desde esas plataformas, Miranda se proyectó a la banca y fue gerente del Banco de Galicia y Buenos Aires cuando lo presidía Manuel Casal y era su director el mindoniense García Olano. La entidad tenía en 1910 un capital autorizado de 30 millones de pesos, un fondo de reserva de 2,2, 6 sucursales en la capital y 5 en provincias.

Su exitosa trayectoria lo llevó a la élite emigrante. El médico compostelano Ángel Anido organizaba en Buenos Aires unas Veladas Gallegas con notables de la colonia para celebrar, debatir e intercambiar ideas e información. A su muerte, El Eco de Galicia informaba en 1899 que 49 de ellos -el notario Conde Salgado, los comerciantes Casimiro Gómez y Miranda, el periodista Fortunato Cruces- seguían reuniéndose en sus casas y quintas con iguales fines. Y ahí le surgió la oportunidad de comprar terrenos a 21 kilómetros de Buenos Aires...

Como su situación económica era muy boyante, en 1915 se integró como gerente en la Compañía Aurífera de Galicia SA constituida en Lugo por el cervense José Álvarez (presidente) y otros emigrantes millonarios y retornados. Los gastos y la inversión fueron enormes y el oro no apareció. Álvarez y él se obcecaron, lo jugaron todo a un número y perdieron. Ellos, que habían tenido días de vino y rosas…

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Promovió iniciativas para trasladar los restos de Veiga y dotar al hospital de instrumental

José Mª Miranda Luaces presidió Hijos de Mondoñedo en Buenos Aires, la primera de las sociedades de este concello que se creó en Argentina en 1910. Tras ella vino en 1920 Mondoñedo y sus Distritos y antes, en 1904, el Orfeón Mindoniense.

Ya había sido alma máter de la comisión creada en 1904 para celebrar la festividad de los Remedios y dotar al Hospital de instrumental de cirugía. En la comisión figuraban también Claudio Trigo, Joaquín Serrana,, Manuel López, Aniceto Saavedra, Antonio y Andrés Mancebo, José R. Sánchez, Francisco Otero y José A. González. La iniciativa mereció el aplauso unánime y el concello, agradecido, denominó Buenos Aires al Kiosko de la Alameda de los Remedios.

Miranda Luaces pertenecía a una familia carlista y conservadora oriunda de Viveiro. Sus hermanos Antonio y Ramón formaron parte de la Junta de Distrito de Mondoñedo en la tercera guerra carlista. Y quién fue presidente de la Diputación de Lugo y abogado conservador, el mindoniense Emilio Tapia, estaba casado con Remedios Nogueira Miranda, hija del capitán Manuel Nogueira y de su hermana Dolores Miranda Luaces.

Su colaboración y apoyo a Mondoñedo fue notable. En 1906 promovió un homenaje a Pascual Veiga en Buenos Aires con motivo de su muerte y con el fin de trasladar sus restos desde Madrid y construir un mausoleo en Mondoñedo, algo que cristalizaría en 1911. Y en 1924, según recuerda Andrés G. Doural, sufragó las fiestas de San Vicente y donó a su iglesia un busto del Cristo de Limpias, así llamado por ser venerado en la localidad santanderina del mismo nombre.

La Francesita y una calle en la ciudad de Rafael Calzada

Buena parte de la fortuna de Miranda Luaces vino de los terrenos que tenía en Rafael Calzada, una ciudad a 21 kilómetros de Buenos Aires que hoy tiene 60.000 habitantes. Rafael Calzada fue un ilustre abogado, periodista y político español nacido en Navia (Asturias) en 1864. Estaba casado con Celina González Peña, hija del presidente de Paraguay, Juan B. González, y tuvo una destacada actuación en Argentina que fue decisiva para mejorar las relaciones hispanoamericanas.

En 1908 decidió, con otros propietarios como Miranda, vender las tierras que tenía en ese lugar a un consorcio que las dividió en manzanas y lotes y formó un pueblo a cuya inauguración asistió el propio presidente argentino, Figueroa Alcorta. En el acta de fundación, quedó constituida una Junta de Fomento para desarrollarlo -alumbrado, servicios, limpieza- presidida por Miranda Luaces. Eso le generó grandes beneficios e hizo que, aún hoy, una calle de la ciudad de Rafael Calzada lleve su nombre.

Alto tren de vida

Miranda estaba casado con una mujer que, en Mondoñedo, llamaban La Francesita por la liberalidad y modernidad de unas costumbres que chocaban con el carácter conservador y tradicional de la ciudad. La gente atribuía la merma de la fortuna de su marido a los caprichos y derroches de esa mujer que financió servicios de la rúa Guevara y fue pródiga en regalos y obsequios tanto en la ciudad como en San Vicente, parroquia originaria de él.

El matrimonio residía en A Coruña. Llevaba un alto tren de vida y estaba bien relacionado. En 1932, Miranda figuraba en la junta de gobierno del Centro Iberoamericano que presidía José Méndez Vigo. El fracaso de las inversiones en la Compañía Aurífera vino a sumarse a los suntuosos y grandes gastos que tenían sin que se generasen nuevos ingresos. Y así se llegó al final: entre las compras de La Francesita estaban los terrenos para un panteón en el cementerio de Mondoñedo. Pero hubo de venderlos para afrontar la cotidianeidad y Luaces está enterrado en una tumba discreta y desapercibida…