El panorama ya no es tan apacible

Ricardo Hevia

A MARIÑA

PACO RODRÍGUEZ

05 mar 2019 . Actualizado a las 17:09 h.

Pasó el derbi fraternal y el épico final dejó a casi todos contentos. El Cafés Candelas Breogán nunca se rindió, es cierto, como lo es el caos en que se vio sumido en los cuartos impares del partido disputado en Sar. En baloncesto, si vas ganando de 20 y acabas venciendo de dos te queda un mal sabor de boca; a todos, a los de grada y a los de la cancha. Y por el contrario, si vas perdiendo por 16 y al final solo lo haces por dos, te queda una sensación como de épica. Nunca nos rendimos, solo faltaba eso. Pero un partido es como una contabilidad arrastrada. Para que el final sea importante, antes hay que sumar poco a poco porque el resultado queda en la retina y lo sucedido anteriormente se difumina.

Total, una derrota amarga o una posibilidad de victoria que se esfumó y deja al equipo a un paso de la cola. Porque hay que volver a repetir que o te salvas tú o nadie te ayuda. El resultado de Murcia, donde el equipo local batió al Barça, fue una puñalada y San Sebastián, próximo rival a domicilio que parecía propicio para una victoria balsámica, ha hecho cambios y el paisaje es más sombrío. Con dos refuerzos en el equipo vasco, el triunfo requerirá mucho esfuerzo. Por cierto, Zeisloft anotó 12 puntos en 14 minutos y Murphy hizo 20 puntos en 20 minutos. No han tardado mucho tiempo en adaptarse al juego europeo.

Necesitamos al mejor Uriz

La gran noticia en el Cafés Candelas Breogán es lo que puede cambiar el equipo si Ricardo Uriz se pone a su mejor nivel. ¿El temor? Si se trunca la recuperación de Norel ahora que lo hemos podido ver con un balón de nuevo en las manos. ¡Anda que no es necesario! ¿Y la preocupación? Dos fichajes realizados al galope que hasta el momento no han resuelto nada ni cubierto ninguna carencia. Cierto es que Dragicevic está lesionado.

De momento hay que seguir remando con lo puesto y tratar como sea de no perder a Cvetkovic, en claro descenso pero un tirador fiable que nos hace mucha falta. Y con la llegada de Ricardo Uriz puede pasar a jugar de escolta perfectamente. ¡Ah! Y que alguien nos aclare el misterio Redivo. ¿De verdad estaba cansado? Por cierto, ver jugar a Laprovittola tranquilo y descansado sin tener que moverse de Badalona, en comparación con el maratón de nuestro Lucio, suena a agravio comparativo y de los grandes.