El minucioso relato concluye: «el amor y la ciencia los unió. Todo augura que disfrutarán de un sinfín de venturas». Pero la ventura apenas duró 8 años…
En el exilio, su marido inventó el biberón, fundó el hogar de ancianos de Domselar y embalsamó a Castelao
Sánchez Guisande era un personaje polifacético. Fue profesor universitario, pediatra ?inventó el modelo dosificador del biberón- historiador, militante de Izquierda Republicana, edil en Zaragoza, decano de su universidad y, sobre todo, buena persona: por su generosidad y filantropía se le llamaba «o médico dos nenos pobres».
Al estallar la guerra, se refugió en Santiago y Vilagarcía de Arousa y se exilió a la Argentina en 1936. Sus tres hijos quedaron a cargo de su cuñada Jimena y sólo logró reunirlos con él en 1948. Uno, Luciano, falleció; y los otros dos, Elisa y Wenceslao Sánchez de la Vega, aún viven en Mendoza y Buenos Aires, respectivamente.
Director de centro gallego
Gumersindo fue director médico del Centro Gallego de Buenos Aires y fundó con Antonio Baltar, otro médico gallego exiliado, un sanatorio en Mendoza donde fue catedrático de la Universidad de Cuyo. Participó en las tertulias galleguistas del Café Tortoni y en actos del colectivo y llegó a representar a la República en el exilio.
Era miembro de la logia masónica «Antolín Faraldo» ?con Seoane, Arturo Cuadrado, Elpidio Villaverde, Baltar o Blanco Amor- y con ella fundó en 1943 el Fogar Galego para Anciáns de Domselar, en Buenos Aires. Y fue uno de los galenos que atendió a Castelao en su enfermedad y el responsable de su embalsamiento.