«Para evitar estafas siempre digo que el domicilio no es lugar para hacer negocios»

Lucía Rey
lucía rey BARREIROS / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

El guardia civil Diego Rouco Ferrería, del cuartel de Barreiros, alerta de que en A Mariña «están muy de moda» las asociaciones de falsos sordomudos y el «método del abrazo»

24 feb 2019 . Actualizado a las 12:54 h.

Dar una serie de pequeños consejos prácticos a la gente mayor para intentar evitar que la estafen y la roben, sobre todo en el rural, donde los ladrones se intentan aprovechar de quienes viven solos, es uno de los objetivos de las charlas que desde hace más de ocho años imparte el guardia civil Diego Rouco Ferrería (Lugo, 1980). Destinado en el cuartel de Barreiros desde el 2008, como responsable en A Mariña del Plan Mayor de Seguridad de la Guardia Civil ya ha dado casi medio centenar de charlas en todos los concellos de la comarca, en asociaciones vecinales y residencias de ancianos, entre otros, salvo en Viveiro, que es demarcación de la Policía Nacional.

-¿Cuál es el mejor consejo para prevenir engaños?

-Para evitar estafas siempre digo, y no solo a la gente mayor, que el domicilio no es lugar para hacer negocios. Esta gente, los estafadores, primero piden según su avaricia, por ejemplo, 300 euros, pero si la persona no tiene 300 y le dice que solo tiene 150 también le vale. Hay quien dice: «Ai, mire, que eu non teño eses cartos nada casa!». -«E logo cantos cartos ten?» -«Cen» -«Pois déame cen». Y ese es un síntoma claro de que si uno no ha sido estafado ya, lo va a ser porque cuando una cosa tiene un valor, el comercial o el tendero no te rebaja el precio porque no tengas el dinero.

-Comenta que, aunque la gente lo comprende, las estafas continúan... ¿Qué falla entonces?

-Que lo que más cuesta es ser desconfiado. Es algo que se razona y todos entienden porque las charlas son muy participativas, y quienes van siempre conocen a alguien al que le ha sucedido, pero a la hora de la verdad no creo yo que todos sean capaces de llegar a ponerlo en práctica porque aún cuesta entender que no hay que ser tan gentil o tan amable como nos han inculcado. Y esa gente se suele aprovechar de la buena fe. Sé de estafadores que han llegado a estar tomando café o merendando tranquilamente en la vivienda. Entraron, estafaron y se sentaron a tomar el café con los estafados.

-¿Y cuáles son las más habituales en esta zona?

-El problema más grande que tenemos aquí es que hay mucha población rural, y en cualquier cosa relacionada con los servicios, como el gas, la luz o el bueno, llegan falsos revisores diciendo que van a hacer una pequeña revisión, los asustan diciéndoles que les van a cortar el suministro, y la gente mayor se acongoja y los deja pasar a la vivienda. Y como suelen ir de dos en dos, mientras uno «hace que hace» el otro se dedica a dar una vuelta por el hogar a ver qué encuentra. Las cosas cambian, evolucionan, pero las estafas siguen siendo las mismas. Y últimamente están muy de moda las asociaciones de falsos sordomudos, que actúan mucho en Ribadeo o Burela. Los mayores se fían de la buena voluntad y les dan el dinero. Y también el método del abrazo, que es en el que más están cayendo. Una pareja de desconocidos se acerca, le ve una cadena a la señora, porque generalmente suelen ser las mujeres las que llevan cadena, le dicen: ‘¡Ay, qué cadena más bonita!»; la camelan un poco, le pegan un tirón y se la llevan, o incluso se la cambian por otra de menos valor.

-¿Cómo puede una persona mayor detectar a un falso revisor?

-Lo mejor es pedirles el DNI, que se identifiquen y pedirles también el carné de instalador. Y siempre sin dejarles pasar a casa. Si no se fían, lo mejor es llamar a un vecino si los familiares están lejos para que se acerque por el domicilio a ver quienes son, o en su defecto llamar a la Guardia Civil. Pero siempre con el desconocido por fuera de la puerta. Nunca se les puede dejar pasar, bajo ningún concepto.

-Además de estafas y robos, ¿qué otros temas se tocan en las charlas?

-Las charlas engloban un poco de todo porque también es posible que los mayores caigan en el domicilio, no se puedan mover y tengan que pedir auxilio. También se habla algo sobre el maltrato y sobre el uso de nuevas tecnologías porque hay algún Concello que hace cursos sobre ellas, y les damos algún conocimiento básico de estafas por Internet como las cartas nigerianas. También se les orienta a que den de alta la aplicación Alertcorps en sus smartphones, puesto que si se ven incapacitados para poder llamar o mandar aviso a otra persona de una incidencia como un robo, un atraco o un delito de violencia de género, por ejemplo, lo puedan hacer a través del teléfono.