«Vir facer xeroglíficos obríganos a saír da casa e fainos de marabilla»

Lucía Rey
lucía rey BURELA / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Una decena de usuarios ejercitan el cerebro cada semana en los talleres de memoria de Cruz Roja en Burela para no perder facultades

29 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Igual que las piernas o los brazos necesitan movimiento para no agarrotarse, el cerebro también necesita ejercicio para funcionar correctamente. En esa idea se basan los talleres de memoria que impulsa la asamblea de Cruz Roja en Burela, y en los que participan en torno a una decena de personas actualmente. «Vir facer xeroglíficos fainos de marabilla e obríganos a saír da casa», destacaron días atrás varias de las usuarias de la actividad que dirige Almudena González Rego, trabajadora social y técnico de intervención social de la organización humanitaria.

Una vez a la semana, los participantes comparten 90 minutos en los que las sopas de letras, los jeroglíficos, las fichas y los problemas matemáticos de toda la vida conviven con la charla y la conversación. «A mí me hace de maravilla venir», expone María Nazaret Costa, que nació en el norte de Portugal, en la zona de Chaves, pero lleva muchísimos años en Burela, donde trabajó de redera y de cocinera en un establecimiento hostelero. Avelina Míguez, de 71 años, dedicó parte de su vida al mar, empleada en el muelle preparando pescado para su posterior commercialización. Ahora, ya retirada, explica con orgullo que a veces vuelve a casa «con deberes» del taller de memroia. «Facemos os traballos que nos pon a profe, e o que non entendemos explícanolo», indica en la mesa en la que también está Dolores Quelle, de 71 años, que trabajó en la agricultura.

Potenciar habilidades

«Pérdida de memoria témola todas agora, pero quedar na casa non é a solución», bromean. Una afirmación que secunda Almudena, que sostiene que cuando más tiempo pasan en casa los mayores más habilidades van perdiendo porque pierden la capacidad de relacionarse o de comunicarse con los demás.

Las faltas de ortografía o los errores que puedan cometer quedan totalmente superados en un ambiente que invita a la confianza. «A xente nova ten faltas igual, e non pasa nada», anima la trabajadora de Cruz Roja. «E hai tempo houbo unha señora que aprendeu a ler e a escribir no taller», exponen las participantes.

«O taller de memoria axúdalles a manter a cabeza activa porque saen, veñen, falan, comunícanse...», Almudena González, técnico de Integración Social de Cruz Roja