«Non podemos deixar caer o asilo de Foz»

María Cuadrado Fernández
M. CUADRADO FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Tras la última avería, el PSOE cuestiona su deficiente mantenimiento y el alcalde defiende que el edificio sea de uso vecinal una vez pasen los residentes al geriátrico

27 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El asilo de Foz dio cobijo hasta 2000 a 778 ancianos. Ocho años después, en 2008, se festejó el 75 aniversario de un centro que, por sus servicios, es un referente para los focenses. Pocas semanas le quedan al asilo para seguir siendo el hogar de más de una treintena de residentes, ya que la apertura del nuevo geriátrico está prevista para comienzos de año. No obstante, las deficiencias que presenta el inmueble no son una novedad. La reciente caída de parte del falso techo del comedor ha reabierto el debate sobre la necesidad de reubicar cuanto antes a los ancianos. Si los plazos del Concello se cumplen, entre enero y febrero los mayores tendrán prioridad para disfrutar de las dependencias del nuevo geriátrico. Tres empresas -Gaudium, Idea y Mensajeros- optan al concurso público del Concello para regir la contratación por dos años (prorrogables otros dos). Las firmas han manifestado su interés por mantener la plantilla, uno de los factores que puntuará y desde el Ayuntamiento ya han solicitado el permiso de iniciación de actividad (PIA).

Mientras desde el PSOE instaban ayer al Concello a revisar todas las estancias del asilo para certificar que sean seguras para los mayores, desde el Gobierno local aseguran que la avería se registró en un espacio concreto debido a unas filtraciones de la zona de las duchas. Apuntaron que desde el primer momento, tanto el alcalde como el secretario del patronato, se personaron en el centro y avisaron el seguro para subsanar el problema.

 

Pero, ¿qué ocurrirá con el asilo cuando los mayores ya hayan pasado a la residencia? Desde el PSOE no descartan que el alcalde haya estirado los trámites para la apertura del geriátrico «por motivos electoralistas», citan el caso de residencias próximas que abrirán al mismo tiempo que la de Foz, se preguntan adónde han ido a parar los fondos que se han inyectado en el asilo y también tienen dudas sobre lo acertado de que el Concello asuma el asilo una vez que no haya residentes: «Á vista do degradado estado no que se atopa dito edificio, cabe cuestionarse si é de recibo que o Concello asuma dito compromiso de mantemento sen unha valoración previa do custe que pode supor para as arcas municipais e sen sequera saber que uso se vai dar ao mesmo (..) Non se pode ir a golpe de ocorrencia como nos ten acostumado o alcalde».

Años de trabajo

Al regidor las quejas del PSOE le parecen «oportunistas, de xente que acaba de chegar á política», además de una falta de respeto hacia las personas «que levamos anos buscando solucións para os avós do asilo e para que a plantilla conservara o seu traballo». En este sentido, Javier Jorge Castiñeira apunta la falta de apoyo del PSOE en estos años, rememora cuando los socialistas se apuraban en asegurar que no habría un concurso público para el geriátrico y recuerda la colaboración del BNG. Cree que valió la pena dedicar más de un año en conseguir una gestión municipal inicial, lo que permitirá dar prioridad a los ancianos del asilo y el mantenimiento de la plantilla.

«Nós levamos varios anos plantexándonos que vai ser do asilo una vez marchen os maiores. É un edificio singular, cun significado especial e o noso obxectivo é que quede para uso de todos os focenses. O Concello non pode deixar caer embaixo o asilo», puntualiza el regidor, quien defiende que el Ayuntamiento debe asumir su mantenimiento, y máxime después de la disposición del patronato para ceder terrenos para el futuro auditorio.

Antiguo acuerdo para que el Concello tenga preferencia sobre el inmueble

El alcalde focense Javier Jorge Castiñeira recordó ayer que durante el mandato anterior todos los grupos políticos con representación en la corporación municipal ratificaron un documento que recogía la colaboración del Concello al patronato para mantener el asilo, aportando 25.000 euros anuales, y el compromiso de que el Ayuntamiento tendría preferencia a la hora de quedarse con el asilo de ancianos.