El afán por humanizar a los canes puede derivar en problemas de comportamiento
21 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Los perros son animales maravillosos, fascinantes, fieles, cariñosos... pero hay que tener claro que un perro es un perro y no se puede tratar o ver como si fuera una persona». La frase para algunos podría parecer una obviedad, pero nada más lejos de la realidad. Y es que uno de los errores más habituales de los propietarios de perros es tratar de humanizarlos, ignorando por momentos que son perros, sus necesidades, sus hábitos como especie, que no tiene que ver con la humana. Lo sabe bien Táchira Carmona Gracia, una adiestradora de perros de utilidad y de servicios de terapia afincada provisionalmente en Burela y de próxima residencia en Ribadeo, que este fin de semana imparte en Vilaselán un curso de CanEscola, la escuela de educación canina con el que, asegura, cambias la forma de entender a tu perro. Táchira trabaja en la clínica A Marosa, con sedes en Burela y Viveiro.
-¿En qué consiste CanEscola?
-Es un proyecto en el que trabajamos la educación canina, para mejorar la calidad de vida de los perros y de sus dueños. Intentamos trabajar con ambos, dando información y, de ser preciso, modificando conductas, para resolver los problemas que tienen los tutores de los perros para convivir con ellos y con los demás perros. También desarrollamos campañas en los colegios, para educar a los niños en la tenencia responsable de animales, los compromisos que adquirimos, las necesidades de los perros... y a los que ya tienen perros ampliar su visión.
-Ampliar la visión...
-Sí. Antes los perros tenían un sentido más útil, pastorear, guardar una casa... Ahora muchos viven en pisos y surgen los problemas, porque un perro no está preparado para vivir en un piso, y eso deriva a veces en problemas.
-Y cuál es el más habitual?
-El principal es no saber comunicarse con el perro. A menudo se ignoran las capacidades de un perro o qué problemas tienen, y nos encontramos con perros estresados, aburridos y que pasan mucho tiempo solos, lo que deriva en problemas de comportamiento. El dueño te dice que no lo puede sacar del piso, o que le hace pis en casa, que ladra cuando está solo, que no sabe estar con otros perros, comportamientos que perciben como problemas, pero ignoran que, por ejemplo, cuando gruñen a menudo es para comunicarse, no es porque haya un conflicto. A veces, el problema de no saber jugar con otros perros es porque no ha tenido un proceso de socialización cuando era un cachorro. Hay quien dice, por ejemplo, que les destroza la casa, pero es que hay perros que necesitan salir mucho y estar con otros perros. Una vez que cambias la visión que el tutor tiene del perro, se adaptan bastante bien.
-Y el problema clásico de no elegir el perro apropiado.
-Claro. Eso es fundamental. Tenemos que tener en cuenta nuestro tipo de vida. Si no te gusta ir de caza, no elijas un perro de caza. No hay que guiarse por modas. Hay muchas cosas que afectan a los perros en el momento en que los metes en un piso y se encuentran con carencias de paseos, socialización, olfateo...
-¿Nota un incremento en este tipo de problemas con los perros?
-Me dedico a esto desde hace diez años y sí me parece que van a más, porque cada vez tenemos una relación menos natural con los perros; me refiero a los perros que viven en pisos.
-¿Tienen solución los problemas?
-Si uno se informa ve que muchos de esos problemas no son tales, sino hábitos y comportamientos normales en el desarrollo del perro. Hay momentos en los que tiene que morder, cuando es adolescente está en hormonación y es normal que no tenga autocontrol o un perro anciano puede desarrollar alzhéimer y tener demencias.
«El principal problema de un tutor es no saber comunicarse
con su perro»
«Cada vez se tiene una relación menos natural con los perros, con los que viven en pisos»
«No hay razas peligrosas, hay individuos y cómo tratan y educan a los perros»
-¿El perro como sustituto?
-Ese es otro problema, que se receta mucho perro. Te has quedado viuda o se han ido los hijos de casa, pues cómprate un perro.... pero quien tiene un problema no tiene que añadir otro. Un cachorro cuando crece se hace un mundo para mucha gente. A veces se quiere tener una relación muy bonita con el perro, pero no se alcanza porque no sabemos lo que quiere el perro. Los humanizamos mucho, pero ignoramos que tiene sentimientos. Si lo dejas solo diez horas, se siente solo; si le gritas, se pone triste; si te ve, se pone contento...
-¿Aconseja tener perro?
-Por supuesto, pero teniendo en cuenta cuánto tiempo le puedes dedicar, dónde vives, cuál es tu estilo de vida... Los animales nos aportan muchísimo, pero tenemos que preguntarnos qué podemos aportarles nosotros.
-¿Y una raza en particular?
-No. Hay perros maravillosos en todas las razas.
-¿Qué opina de las razas potencialmente peligrosas?
-No hay razas peligrosas. Hay razas que tienen una mordida más o menos fuerte. Por ejemplo, el perro que más mordidas tiene a humanos es el yorkshire. Sin embargo, el pitbull, que tiene mucha peor fama, es juguetón, noble, cariñoso y la mayoría no tienen problemas de comportamiento, pero si muerden tienen una mordida mucho más poderosa. A un rottweiler mucho le tienes que provocar para que te llegue a atacar. No hay razas peligrosas, hay individuos y cómo tratan y educan a los perros. Sin olvidar que hay problemas médicos, neurológicos, que derivan en agresividad; dolor que provoca reacciones, pero por problemas médicos, no porque una raza sea agresiva.