Emotiva despedida en San Cibrao tras 38 años al frente del restaurante O Noso Lar

Tras una vida entregada a la hostelería, Manolo y Maruja se jubilan. El restaurante O Noso Lar de San Cibrao cerrará hoy sus puertas y con él se irá un clásico de la hostelería mariñana. Atrás quedan multitud de anécdotas, la mayoría buenas. Toda una vida. Manolo Rivas Moscoso y María Rosa (Maruja) López Díaz se retiran tras regentar desde 1980-1981 un restaurante al que le dedicaron casi cuatro décadas de sus vidas. Para Manolo no fue su primera experiencia en la hostelería, ya que, tras residir en Suiza y hacer la mili, desde 1972 trabajó en O Pote. Ayer, sin dejar de emocionarse, recordaba que en O Noso Lar siempre les ha gustado trabajar codo con codo con los mismos empleados.

«Marchamos cansos porque traballamos moito, sempre desde pola mañá ata a noite. Nós sempre lle respondemos á clientela e a clientela sempre nos respondeu a nós. Moi agradecidos dela», recordaba Manolo, todavía en el negocio: «Agora xubilámonos os dous e, xa que non disfrutamos moito dos fillos, porque había moito traballo, agora tócanos disfrutar dos netos e axudarlles aos fillos. Tócanos disfrutar da vida. Voume satisfeito e moi contento». Tanto Moncho como Maruja se marchan con la sensación del deber cumplido. Ayer, todavía emocionado, el hostelero hablaba del homenaje con el que el viernes les sorprendieron amigos, clientes y familiares. «Foi moi emotivo, unha sorpresa total. Houbo festa, gaitas, moitos choramos...», explica Moncho, quien tiene confianza en que sus familiares, Laura y Jesús, continúen cosechando éxitos al frente de la Terraza do Noso Lar.

Entre los recuerdos que les deja O Noso Lar, Moncho rememoraba ayer aquellas fechas en las que servían 140 o 150 comidas diarias, en hora y media y en tres turnos, principalmente a los trabajadores de la multinacional aluminera.

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