Siguen los despidos en un ambiente tenso, con dos partes con posturas enfrentadas y firmes, y con la plantilla de O Castro expectante
22 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Frente a dos partes condenadas a entenderse y que se acusan mutuamente de chantaje, ¿será nuevamente el Juzgado el que marque por donde debe pasar el futuro de Sargadelos? Tras el anuncio de 49 despidos, la empresa continúa con los ceses, aún reconociendo ventas al alza y «que o persoal é necesario». Cumpliendo lo anunciado, el sindicato UGT presentó ayer en los Juzgados una demanda de tutela de los derechos fundamentales solicitando la paralización de los despidos y el fin de las presiones hacia la central y, especialmente hacia su representante, la expresidenta del comité y ahora delegada de personal, Rogelia Mariña, quien durante los últimos cuatro días ha declinado realizar declaraciones.
Entre las últimas novedades figura un escrito que firman más de medio centenar de trabajadores y en el que se justifica la dimisión de la exlíder del comité. Entre otras observaciones, los firmantes aseguran que «o mínimo que debería de facer (por la expresidenta), antes de propasarse coas súas reclamacións e queixas, é convocar aos traballadores para ver se estamos de acordo ou non». En el escrito se afirma que ya en 2016, en septiembre, tanto la exrepresentante como su sindicato, UGT, declararon «conflicto colectivo» por un cambio de horario, «sen facer consulta previa aos traballadores. Posteriormente, tamén sen dar explicacións a ninguén, no mes de decembro, decidiron retiralo». En el mismo documento se acusa a UGT de «xudicializar o ERE cando a empresa se abocaba á quebra» (fue la CIG quien recurrió aquel expediente de regulación del 2010) y también se incide en que todo esto sucede cuando la empresa «ía moi ben a pesar dos pagos que se estaban facendo polas demandas sindicais anteriores (pagos que se detraen do noso traballo, pois se non fora por esa circunstancia quizais os salarios se puidesen mellorar por parte da dirección)».
Aunque de forma inicial los despidos no afectarán a O Castro, la plantilla de la fábrica coruñesa sigue expectante ante la situación de la factoría mariñana.