«Es un lujo que en Viveiro haya un curso de bandas y con tanta asistencia»

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

El prestigioso músico, que es tuba en la Orquesta de la Ópera de Oviedo, imparte un taller en el tercer Obradoiro de Banda

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de tocar en algunas de las orquestas más prestigiosas del mundo, como la Filarmónica de Holanda o la Radio Kamer Filharmonie Orkest, Guillermo Collazo Cortegoso (Salcedo, 1984) recala esta semana en Viveiro para impartir un taller en el tercer Obradoiro de Banda que organiza la Banda O Landro en el Conservatorio de Música. «Es un auténtico lujo que en Viveiro haya un campamento de bandas y con tanta asistencia porque es algo que ya no está pasando en la comunidad gallega», destaca el músico pontevedrés, que actualmente es tuba en la Orquesta de la Ópera de Oviedo y preside la asociación YoTuba (www.yotuba.es), para difundir actividades de tuba y bombardino en el norte de España.

-¿En qué consistirán sus clases en el curso de banda?

-Soy profesor de tuba y pedagogo de viento y metal, por lo que puedo ayudar a músicos de banda, especialmente a los críos, a que no cometan los mismos errores que cometí yo. Con respecto a la tuba y al viento-metal en general hay una técnica específica que a veces se desconoce y que cuanto antes la aprenderán, antes tocarán el instrumento de manera más eficiente. Por eso, además de trabajar el repertorio que vamos a preparar para el concierto que habrá el jueves, voy a impartir un taller de respiración para todos los integrantes de la banda.

-¿También para músicos que no tocan instrumentos de viento?

-Por tradición, en Galicia las bandas tienen mayoritariamente instrumentos de viento. Y el aire que nosotros respiramos es el que hace sonar la música, el que le da la energía. Por eso quiero compartir mi experiencia, darles herramientas, trucos y demás consejos que a mí me resultaron beneficiosos en mi carrera para que ellos los incorporen a sus rutinas y disfruten al máximo de sus instrumentos y su sonido.

-Los alumnos del curso son niños y chavales, ¿cómo se trabaja con músicos tan jóvenes?

-A esas edades todo lo que se realice debe ser de manera muy lúdica y entretenida para conectar con ellos. Los críos son personitas muy sinceras y tienen muchísima ilusión y ganas, pero por su edad hay conceptos que les resultan muy abstractos. Por eso hay que intentar que los asimilen de una forma más lúdica. Los críos son esponjas y si tú lo haces, ellos te copian y lo incorporan a sus rutinas. Tú pones a un crío que acaba de empezar, que lleva dos años tocando, al lado de alguien bueno, y a las dos semanas incorporó lo bueno. Esa es una de las mejores enseñanzas.

-¿Qué tienen de especial Viveiro y su relación con la música?

-Es el segundo año que voy a participar en el obradoiro y es un honor y un privilegio trabajar con estas personitas, y compartir horas de trabajo con gente que entiende la música de la misma manera, como Carlos Timiraos o Rodri [Rodrigo Rodríguez], con los que compartí mucho tiempo en el Conservatorio de Oviedo, y el resto de profesores que están apostando por la gente joven y haciendo un trabajo encomiable. Están situando a la banda de Viveiro a unos niveles que no tenía. A esas edades básicamente hay que enseñarles a que quieran la música, que la disfruten y que toquen, al fin y al cabo es un grupo amateur. Los críos están siempre jugando y se aburren fácilmente como no les des algo que los atraiga, pero en la música llega un momento en el que todo el mundo guarda la concentración y está atento a lo que el profesor diga, para cada uno aportar al grupo lo que tiene. Todos a una en pos de conseguir algo. Y eso es maravilloso. y Entendemos la música de la misma forma.