De Ribadeo al Círculo Polar Ártico en moto

ANDREA ARRUÑADA / J.A. RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

Embarcados ya en la aventura, durante tres semanas recorrerán unos 12.000 kilómetros

07 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un gran atasco impedía ayer a los ribadenses Toni Fernández y Ángel López cruzar Oslo con sus motos. ¿La causa? El vehículo de la familia real noruega pasaba en ese momento por la avenida. Esta es solo una de las experiencias que están viviendo estos dos ribadenses para alcanzar su meta: llegar en moto hasta el Cabo Norte de Noruega, el punto más septentrional de Europa, más allá del paralelo 71, que marca el límite del inicio del Círculo Polar Ártico.

Salieron de Ribadeo el pasado 31 de mayo y llevan ya más de 3.000 kilómetros a sus espaldas. Todavía tienen que cruzar la península escandinava . «Hicimos dos jornadas de más de mil kilómetros al día», comentaba Ángel en una pequeña parada para repostar combustible en Bergen, al suroeste de Noruega.

Sin duda toda una aventura, pero que para ellos es una más, pues ya cuentan con cierta experiencia como grandes aficionados a las motos. Uno de sus sueños pendiente era hacer este recorrido hasta el Cabo Norte de Noruega, una de las mecas del motociclismo. Toni ya cruzó la costa francesa y recorrió la mítica ruta 66 en Estados Unidos, que une Chicago a Los Ángeles. Ángel acumula ya tres vueltas a España.

En esta aventura en la que ahora están embarcados deberán recorrer unos 6.000 kilómetros para cruzar parte de Europa de sur a norte, y después regresar. Todo ello exige paciencia, preparación y dinero (solo en combustible, calculan que gastarán unos 1.200 euros, pero cuentan con algún colaborador, como AXA Ribadeo). Explican que llevan dos años planeando esta ruta y que ahora llegó el momento oportuno, ya que por diferentes razones, laborales, familiares, no pudieron salir antes. Ángel es guardia civil y Toni hostelero en Ribadeo. «Queríamos venir tres, pero al final solo pudimos dos», explicaba Toni antes de volver a ponerse en marcha.

Aunque los primeros días les resultaron un poco duros y pesados, conforme se acercan a la meta aseguran que su ánimo va cambiando a mejor. «Circular por autovía se hace un poco pesado y son muchos kilómetros cada día. Ahora nos encontramos con carreteras más agradables para pilotar, donde puedes hacer paradas, ver paisajes...», explica Ángel. Oslo, Copenhague o Estocolmo son algunas de las «visitas obligadas» que ya han podido disfrutar. Por delante, incluido hoy, les quedarán tres días para llegar al destino.

Ayer, entre ferri y ferri (las carreteras se acaban y no hay otro medio para conectarlas), se mostraban convencidos de hacer el camino de vuelta por Suecia, en línea recta, más largo pero más cómodo; el que se suele seguir.

Pero antes de llegar al Cabo Norte tendrán oportunidad de ver y pasar por algunos de los lugares más turísticos de Noruega.

Es el caso de la carretera del Atlántico. Todo motero sueña con circular por una carretera como esta, con un trazado sinuoso, con enormes pendientes y curvas. De hecho, en 2014 fue incluida entre las vías más peligrosas del mundo. Y no es para menos, ya que atraviesa varias pequeñas islas. A pesar de sus escasos 8,3 kilómetros, tardaron 16 años en construirla por lo complejo de la orografía. Cuenta con el espectacular puente de Storseisundet, con una curva no apta para cardíacos.

Otro escenario que tenían por delante era Trollstigen, la escalera de los trolls, una espectacular carretera de montaña que es una de los principales atractivos turísticos de Noruega. Se abre paso entre los fiordos y cuenta con más de once curvas de 180 grados. Una de las carreteras más exigente, incluso para los más veteranos, que solo se permite circular entre mayo y noviembre.

Destino final

Y el destino final, el Cabo Norte. Cuando Toni y Ángel lleguen este sábado al Cabo Norte se encontrarán en uno de los grandes puntos de encuentro de moteros de todo el mundo; su particular lugar de peregrinación. En invierno, es un lugar excelente para contemplar las auroras boreales. Durante los meses de verano el escenario cambia totalmente y se convierte en ideal para contemplar el sol de medianoche, es decir, las 24 horas de luz continua. Pretenden llegar este sábado. Después les quedará la vuelta. 6.000 kilómetros hasta ver el Eo.