«Tenemos muchas reservas, la gente quiere disfrutar de la fiesta en Burela»

Tradicionalmente las fiestas siempre se han celebrado en las casas, pero de un tiempo a esta parte también están en auge otras opciones, como reconoce el director del restaurante y del hotel Sargo de Burela, José Manuel Antelo. «Tenemos muchas reservas para esos días porque la gente quiere disfrutar de la fiesta, pero en casa dan mucho trabajo y el disfrute mayor es para los invitados. Las fiestas tienen un antes, la compra, un ahora, y un después, de recoger. Y si se celebran fuera solo tienen el ahora», comenta. Señala que para el viernes 1 tienen muchas peticiones de cena, para el sábado 2 de comidas y de cenas, y para el domingo 3, de comidas. La demanda a estas alturas es tan grande que han optado por no atender pedidos de comida para llevar. «Tenemos los tres comedores completos: el del restaurante, una parte que habilitamos junto al mostrador y el comedor-vinoteca», indica Antelo. Aunque hay gente que quiere arroces, mariscos y carne, «en Burela el pescado es el rey». De ahí que el establecimiento hostelero haya ideado una propuesta de menú de 30 euros por persona a base de unos primeros de bienvenida fríos y calientes, pescado, carne y postres.

«Abrimos no 1998 e daquela as festas eran un desfile de modelos»

Caroa Moda abrió sus puertas en Burela hace veinte años. «Abrimos no 1998, e daquela as festas eran un desfile de modelos. Era o bum dos bums. A xente compraba as mellores galas para estrear nas festas, e non só para as de Burela, tamén para as de Celeiro, para o Carmen de San Cibrao... Era un non parar», recuerda Carmen García, una de las tres socias de la empresa, especializada en moda de mujer, tanto de vestir como de fiesta, y de fiesta de hombre. «Había veces que na semana das festas non podiamos ir comer á casa porque non se paraba, pero iso está moito en decadencia», señala. La emprendedora burelense explica que a raíz de la crisis económica, que comenzó hace alrededor de una década, las compras comenzaron a organizarse de otra manera. «Si que se vende algo sempre, pero a xente trata de aproveitar o que ten na casa e viste máis de entretempo porque de noite aínda fai frío [...] Poden mirar unha parca ou un vestido..., pero agora non é nin a sombra do que era porque aquelas eran épocas moi boas, a xente non reparaba tanto no prezo, aínda que segue habendo de todo», señala. Los centros comerciales y las compras a través de Internet también han influido en la tendencia.

 

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