Villar Chao, el pintor de Viveiro que en 1960 era más popular en A Coruña que Luis Suárez

MARTÍN FERNÁNDEZ VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

CEDIDA

En el concurso celebrado en el Playa Club superó por 2.300 votos al genial futbolista que ese mismo año ganó el Balón de Oro

13 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El 18 de febrero de 1961, en un brillante acto celebrado en el Playa Club de A Coruña, el pintor viveirense José Ramón Villar Chao fue proclamado «Coruñés más popular de 1960». El concurso había sido organizado por Radio Juventud de Galicia y los oyentes dictaminaron que era el ganador por un amplio margen: 7.600 votos a su favor frente a los 5.300 alcanzados por un Luis Suárez que aquel mismo año se convirtió en el único español que consiguió el Balón de Oro y el título de «Mejor futbolista de Europa»

Que un pintor desbanque en popularidad a un jugador de fútbol tan relevante denota, al menos, dos cosas: la gran sensibilidad de los electores y la sociedad, y la enorme personalidad del elegido. No parece que la sociedad coruñesa de 1960 ?la cúspide de la dictadura- fuera educada en un particular aprecio y cultivo de la cultura. Por lo que semeja que el triunfo de Villar Chao sobre Suárez tiene más que ver con su propio carácter e identidad que con otra cosa.

José Ramón era hijo de la ortegana Teresa Chao Maciñeira y del viveirense Ramón Villar Ponte, una de las figuras claves del nacionalismo gallego del siglo XX que, complementando a su hermano Antón, fue decisivo para fundar las Irmandades da Fala, la ORGA y el Partido Galeguista y para poner en marcha el Estatuto del 36. Ramón Villar Ponte ?a diferencia de Antón- era un hombre muy religioso, de misa diaria. Fue alcalde de Viveiro y, tras la guerra, salvó su vida por esa religiosidad que conocían viveirenses afines al Regimen como Leal Insua, Pérez-Labarta o Alfredo Bermúdez. Tras la contienda, vivió un exilio interior en A Coruña y dio clases en el colegio Dequidt y en las Josefinas.

Rumboso y jaranero

A su hijo José Ramón Villar Chao no le debió resultar fácil pertenecer a esa familia. Pero lo cierto es que él tenía personalidad propia.

Cuando ganó el concurso a Suárez contaba con 33 años. De mediana estatura y más bien regordete, su pelo era liso, los ojos vivarachos, la sonrisa fácil. Se declaraba enemigo acérrimo de la corbata y su carácter era rumboso y jaranero. Pintor de vocación y profesión, lo conocían en la ciudad como o pintor dos nenos. Le gustaban más los atardeceres y los arrabales, las tascas y las tabernas marineras, que las mañanas, el centro y la serenidad.

De él dijo Jorge Víctor Sueiro que era «Elsa Maxwell con pantalones» y el músico Pedro Echevarría, creador del Cancionero de los peregrinos, compuso en su honor el pasodoble Villar Chao.

La prensa de la emigración dio amplia cobertura al concurso de popularidad de A Coruña en 1960. Y en una entrevista en Vida Gallega, cuando el cronista Emilio Quesada le preguntó a Villar Chao si las 7.600 personas que le habían votado eran amigos o simples conocidos, el inefable pintor viveirense le respondió: «Los 7.600 son amigos íntimos. Los otros llegan a 76.000…».

Primos con los mismos apellidos

Los dos hermanos Antón y Ramón Villar Ponte trabajaron en La Voz de Galicia, fueron notables galleguistas (Antón fue diputado de la 2ª República) y fundaron las Irmandades da Fala en 1916. Eran hijos del hacendado emigrante Ponciano Villar Bermúdez y de Melchora Ponte Peña que murió joven, como tres de sus hijos ?Faustino, Consolación y Natividad-, a causa de la tisis.

Antón, que era el mayor, se casó con la ortegana Micalea Chao Maciñeira ?hija de emigrantes de Ortigueira, nacida en La Habana y activista de las Irmandades da Fala- con la que tuvo dos hijos: Antonio y María del Carmen.

Ramón se desposó con una hermana de ella, y por tanto cuñada suya, llamada Teresa Chao Maciñeira de cuyo enlace nacieron tres hijos: Jaime, profesor de Química en la Academia Dequidt y catedrático en Venezuela; José Ramón, el pintor; y Teresa, funcionaria municipal y encargada del Archivo de La Voz de Galicia.

Al casarse los dos hermanos con dos hermanas, los primos tenían el mismo apellido: Villar Chao. Dos de ellos gozaron de gran fama y popularidad en A Coruña. Uno fue el ya mencionado José Ramón, más popular en 1960 que Luis Suárez, futbolista del Deportivo, del Barcelona (con el que obtuvo en Balón de Oro) y del Inter de Milán.

El otro fue su primo Antonio Villar Chao, hijo de Antón, que con el nombre de Chao fue durante años extremo titular del Deportivo formando una extraordinaria ala izquierda con el mítico Chacho. Los dos participaron activamente en el primer ascenso del Depor a 1ª División, en mayo de 1941, tras vencer al Real Murcia en Madrid por 2-1.

Niños de la sociedad rural con rostro triste

Villar Chao fue un prolífico y exitoso pintor que lo mismo pintaba un disfraz de carnaval que un decorado para el ballet Lembranzas do Arte, un panel para la Casa del Pescador de Portosín, la iglesia de los Capuchinos o la Residencia de Huérfanas de Marineros de Sada. Sin embargo, su fama deriva de ser un consumado retratista de niños a los que reflejó siempre con un rostro triste y en un ambiente bucólico. Sus cuadros tienen gran expresividad y muestran, de modo inigualable, la sociedad rural gallega. Los continuos encargos particulares que tenía le impidieron realizar exposiciones. Aún así, celebró algunas con gran éxito en A Coruña, Barcelona o Braga. La última de ellas tuvo lugar en la popular taberna O Lionardo de A Coruña y su última obra fue para el Motel El Hórreo de Corcubión.

Otra de las actividades artísticas en las que destacó fue la ilustración de libros de Anxel Fole, Luz Pozo Garza y otros. Ellas y sus trabajos en El Ideal Gallego fueron recogidos en una obra comentada por José Fernández Méndez. Este crítico definió así su pintura en Vida Gallega: «El arte, como la vida, no es de ayer, de hoy o de mañana. Es bueno o malo. La solución estética puede ser ésta o la otra. Lo importante es el mensaje emocional. Villar Chao acierta a transmitirlo con sencillez y naturalidad, sin que para ello precise estar adscrito a tendencia alguna. Pintura sin elementos ni concesiones extrañas al propio sentimiento; pintura recreadora e intemporal por sus valores pictóricos y por sus calidades profundamente humanas. Esta es la clave de su obra».

Villar Chao había nacido en Viveiro en 1927. A los 14 años se trasladó con su padres a A Coruña donde inició su carrera artística. En los juegos florales de Betanzos de 1948 fue galardonado como Primera Medalla de Pintura y se dio la circunstancia de que su padre, Ramón Villar Ponte, obtuvo la misma medalla en la sección literaria de los juegos. Murió en A Coruña en 1965, a los 38 años. Una calle con su nombre lo recuerda.