Hasta 300 personas trabajan cada madrugada en la lonja de pescadores del puerto de Celeiro

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Más de un millar de viven directamente de la actividad del puerto pesquero

25 feb 2018 . Actualizado a las 21:25 h.

La tranquilidad que respira Celeiro durante el día se transforma de madrugada en un torbellino en el entorno de la lonja. Pasadas las seis de la mañana, decenas de turismos y camiones llenan el aparcamiento de la dársena, en donde trabajan en horario nocturno hasta 300 personas. No en vano, Celeiro es uno de los principales mercados pesqueros del Cantábrico, ya que en él se descarga «el treinta por ciento de todo lo que pesca la flota española en aguas europeas», según afirma su director adjunto, Eduardo Míguez, que subraya que más de mil personas viven directamente de esta actividad. Del total, unos 500 son marineros, y el resto intermediarios o empleados de comercializadoras de pescado o de alguna de las empresas de servicios de Puerto de Celeiro.

«Hixiénica e tecnoloxicamente mellorouse moitísimo», destaca Feli García Quelle, que compra al por mayor para Pescados Perona de Burela, y que lleva toda la vida en el sector: «A miña cuna cheiraba a peixe». Entre las cinco de la mañana, cuando los barcos están descargando, y primera hora de la tarde, cuando parten los últimos camiones, la actividad es frenética para sacar al mercado el pescado que se subasta. Desde la merluza do pincho, que copa el 90%, a especies de costa, cerco o arrastre como cabras, fanecas, rodaballos, rayas, congrios, xurelos, caballas, lirios o bertorella.

 

Algunas cifras

Unos 500 marineros

Embarcados

De ellos, unos 450 faenan en barcos que van al Gran Sol, y el resto en los de bajura y cerco.

300 empleados 

En comercializadoras pescado

La lonja tiene 28 almacenes. Hay empresas con hasta 30.

Unos 160 trabajadores

En Puerto de Celeiro y empresas de servicios

Como Serfrio, Serval (efectos navales) o Serpot, entre otras.

60 millones de euros

Facturados en el 2017

Casi 56 fueron por la venta de casi 12.000 toneladas de merluza.

En torno a 50 barcos

Flota pesquera de Celeiro

La mayoría (en torno a 25) son pincheiros. Además hay 8 volanteiros, 3 arrastreros, 3 cerqueros y unos 7 de bajura.

«Nos pubs onde hai ambiente, hai xente, e na pesca do Gran Sol pasa igual: onde hai barcos, hai peixe»

Sea el reto de regresar a tierra con las bodegas del barco hasta arriba de capturas, sea la libertad o sea el dinero que se gana, algo especial debe tener el mar para que, apenas un mes después de alcanzar la edad en la que se podría haber jubilado, un patrón de pesca decida embarcarse de nuevo. Es lo que le ha ocurrido a Raúl Rodríguez, vecino de O Vicedo de 56 años y patrón del Nuevo Pérez, con base en Celeiro. «Retireime o 15 de decembro e reenganchei o 15 de xaneiro. Encóntrome ben, son novo e estou metido nuns gastos», explicó el miércoles de madrugada nada más descargar unos 17.000 kilos de merluza do pincho mientras saboreaba uno de los primeros cigarrillos en tierra firme tras una marea de tres semanas en la que descargaron una vez en el puerto irlandés de Casteltón. «O peor é non estar coa familia», indicó el hombre, que tiene una hija de 26 años. «Levo 34 ou 35 anos andando ao mar, xa non os levo de conta», señaló. ¿Compensa el beneficio económico al sacrificio personal? «As compensacións lévanas todas Rajoy e Montoro», bromea. Junto a él, Samuel Canoura, que fue patrón del barco y ahora es armador, lo corrobora: «Se sacamos a Montoro, un patrón fai moitos cartos». Ambos disfrutan charlando de su profesión, dura y apasionante a la vez. En apenas unas horas Raúl volverá al mar.

 

Sol Chaves e Pablo Piñeiro, limpiadores de pescado de Novomar

«Ao peixe quitámoslle o anisaquis, e cada caixa leva quince quilos máis seis ou sete de xeo»

Sol Chaves y Pablo Piñeiro han mamado el mar desde la cuna. Estos dos empleados de Novomar, una de las empresas que comercializa al por mayor el pescado que se subasta en la lonja de Celeiro, son hijos y hermanos de marineros, armadores y pescaderos. «Antes elaborábase moito lirio e moita cabala, pero agora é fundamentalmente merluza do pincho», explica la trabajadora, que lleva más de dos años en esta empresa. De lunes a viernes, desde las seis de la mañana hasta la una o las dos de la tarde, ya que el volumen de trabajo es muy distinto cuando descargan dos barcos, como el miércoles, a cuando lo hacen cinco. «Non sabemos de onde sae tanto peixe, nin onde se come tanto», comentan. En este momento, entre los principales clientes de Novomar están grandes superficies como Mercadona, Alcampo y Carrefour.

Kiko Leiras y Marco moreno, intermediarios

«Pasas todo el día colgado del teléfono móvil, hablando con clientes para colocar el pescado»

Tener las cosas «muy claras» y «amarrar bien los cobros de lo que vendes». Estas son para Kiko Leiras, de 40 años, y Marco Moreno, de 34, las claves para triunfar hoy por hoy en un mundo tan complejo como el de la comercialización de pescado fresco. El primero lleva 21 años trabajando en la lonja. «Botei 13 anos cargando camións ata que decidín arriscar, e formei a miña empresa», comenta el emprendedor, que tiene una póliza de seguros para cubrir impagos, y que vestido con gorra y sudadera parece más un skater (patinador) que un empresario que en el 2017 facturó cerca de tres millones de euros. A mayoristas y supermercados vende también Marco Moreno, que es autónomo desde hace un año, aunque lleva mucho más tiempo en la lonja

j. manuel míguez jefe de cancha p. de celeiro

«Lavamos ao ano un millón e pico de caixas, e o 90% son do pincho»

Arranchar un barco implica servicios muy dispares: desde arreglar el sonar ?aparato tecnológico que sirve, por ejemplo, para localizar los bancos de peces?, a tener cajas listas o comprar champú para que los marineros se duchen. De coordinar todos estos servicios se ocupa en Puerto de Celeiro José Manuel Míguez, jefe de cancha.