El central venezolano entrena hoy por primera vez con el equipo celeste deseando debutar en Boimorto
26 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy llega el nuevo al vestuario del Viveiro. Miguel Días (Caracas-Venezuela, 1996), el segundo fichaje de invierno del club, conocerá a sus nuevos compañeros y entrenará por primera vez a la órdenes de Chusky con el compromiso de «dar el 100 %» en cada actuación con la camiseta celeste, y «deseando» debutar ya este domingo en el partido en el feudo del Boimorto. El miércoles, en Friol, disputó los 90 minutos en el amistoso contra la selección gallega sub-18 en su último partido de la temporada con el filial del Club Deportivo Lugo.
-¿Llega cedido o traspasado?
-Vengo cedido hasta final de temporada. Los martes, miércoles y jueves seguiré entrenando con el Polvorín y los viernes lo haré con el Viveiro.
-¿Se ve preparado para debutar ya el domingo?
-Lo que me sobran son fuerzas y ganas, aunque el cuerpo técnico decidirá qué es lo mejor para el equipo. Estaría encantado de jugar ya en Boimorto, y si no puede ser, pues a seguir trabajando para hacerlo en el partido siguiente.
-La situación del Viveiro es extremadamente complicada.
-Lamentablemente le está tocando vivir una mala experiencia, algo extraño en un club tan respetado y con tanto prestigio. Tenemos que dar el 100 % para reconducir la trayectoria y salir de esta.
-¿Se le ocurre alguna solución?
-Encajar lo menos posible para igualar el saldo de goles a favor y en contra.
-Con esa intención le fichan. Las referencias dicen que es un central de casi 1,90 contundente, solvente en el juego aéreo y, además, preciso en los desplazamientos en largo.
-Prometo trabajo y sacrificio, y por supuesto humildad, para ayudar a conseguir esa solidez defensiva que busca el Viveiro. Esas son mis mejores cualidades.
-Disputó tres partidos con el Polvorín y solo uno como titular. ¿Contaba con más protagonismo?
-Cuando llegué de Venezuela en verano tuve las opciones del Lugo y el Somozas y me incliné por el Lugo pensando en el primer equipo. En la pretemporada jugué prácticamente todos los minutos, pero al comenzar la competición el entrenador, lamentablemente, apostó por otros centrales para la titularidad. Contaba con más protagonismo, sí.
-En ese período estival de rodaje se enfrentó al Viveiro en Cantarrana.
-Así es, y me pareció un equipo con muchos jugadores muy interesantes, con calidad, aunque, lamentablemente está encajando más goles de los que marca y eso le impide subir puestos en la clasificación.
-Sale de un equipo que lucha por ascender y llega a otro cuya meta es la permanencia. Dicho así parece un pasó atrás.
-No lo veo como un paso atrás, más bien todo lo contrario. Cuento con tener más oportunidades que en el Polvorín y este club tiene prestigio y es un buen escaparate para darme a conocer en el fútbol gallego.
-Ya por último. ¿Cómo fue su etapa como canterano en Venezuela? Llegó a ser internacional sub-17...
-Empecé a jugar al fútbol con seis años con el Deportivo Gulima, en la ciudad de San Antonio de Los Altos, de donde salieron dos de los jugadores venezolanos con más caché internacional, Robero Rosales (actualmente en el Málaga) y Salomón Rondón (Las Palmas, Málaga, Zenit de San Petersburgo..., y ahora compitiendo en la Premier inglesa). Siendo sub-18 tuve ocasión de fichar por el Atlético Venezuela, de Primera División, y allí me dieron la oportunidad de ser el capitán del filial a pesar de ser el más jove. Ascendimos a Segunda con el segundo equipo y ese mismo año debuté en Primera. También estuve en varias convocatorias de la selección sub-17, pero no jugué ningún torneo importante.