«Ir de Viveiro a Madrid nos llevó 24 horas, y fue una odisea por la nieve»

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

cedida

La ayuda de los militares permitió a la familia de Andrea San Isidro volver a circular tras pasar la noche en la autopista

09 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Salieron de Viveiro a las dos de la tarde del sábado y llegaron a Madrid a las dos de la tarde del día siguiente. La viveirense Andrea San Isidro Pérez, de 24 años, y su familia sufrieron en primera persona el caos que dejó a miles de conductores atrapados en la autopista AP-6 debido a la fuerte nevada caída el día de Reyes. «Ir de Viveiro a Madrid nos llevó 24 horas, y fue una odisea por la nieve», relata la joven, que estudia Enfermería, y que regresaba a la capital tras pasar las Navidades en casa. Además de sus padres, Ana y Eduardo Ramón, viajaba con ella su hermano Mateo, de 18 años, y una prima. «Nos fuimos antes para que mi hermano llegase bien al examen que tenía hoy [por ayer], pero lo que vivimos fue de película», indica. Cuando estaban llegando a Madrid, justo antes de cruzar el puerto de Guadarrama, la Guardia Civil los desvió a la carretera Nacional porque la nieve ya dificultaba el paso por la AP-6. Horas después, Tráfico los animó a regresar a la autopista, pero una vez en ella quedaron bloqueados. Las horas que siguieron fueron caóticas, con su hermano y su padre empujando el coche y teniendo que subir a él en marcha, la nieve cubriendo la mitad de las ruedas, un accidente en el que se vieron implicados una quincena de vehículos... «En la tercera llamada a la Guardia Civil me dijeron que estaba todo muy colapsado y que no me agobiase, que tuviese paciencia», recuerda Andrea, que se siente «decepcionada». «En dirección contraria pasaron varias quitanieves, pero a nosotros no nos vino a echar una mano nadie. Es indignante», asegura, y hace referencia al dolor de piernas y a la incomodidad de pasar tanto tiempo en el coche. «¡Menos mal que mis padres habían llenado el depósito otra vez, y que por suerte llevábamos comida y bebida en el coche y pudimos cenar!», cuenta. La Unidad Militar de Emergencias llegó a las nueve de la mañana. «Cuatro militares sacaron la nieve de las ruedas con palas y por fin pudimos circular», concluye.