Lista de espera en el centro y los talleres de alzhéimer de A Mariña

Lucía Rey
LUCÍA REY VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Una decena de enfermos esperan una plaza en el dispositivo que gestiona Cruz Roja en Viveiro

29 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos recuerdos se desvanecen, las capacidades físicas e intelectuales se resienten, el comportamiento sufre cambios bruscos, las limitaciones van a más... Estos son solo algunos de los signos más visibles del alzhéimer, una enfermedad degenerativa que trastoca por completo las vidas de cientos de mariñanos: tanto las de quienes la sufren en primera persona como las de sus familiares y allegados. De ahí que el único centro especializado que existe en la comarca -puesto en marcha por la Xunta en Viveiro, y gestionado por Cruz Roja-, así como los talleres de estimulación que impulsan colectivos como Afan Burela (Asociación de familiares de enfermos de alzhéimer e outras enfermidades dexenerativas) tengan lista de espera. Por una plaza en el centro viveirense aguardan entre 10 y 12 enfermos, mientras que para acudir a las terapias que organiza Afan en la Casa do Mar de Burela esperan 2.

De A Mariña y Ortegal

Treinta y dos enfermos de Viveiro, Ourol, O Vicedo, San Cibrao, Xove e incluso Loiba acuden a diario al centro viveirense, que está situado en la Casa do Mar de Celeiro y que es, junto con el que gestiona Afalu en Lugo, el único de la provincia. De ellos, 28 son mujeres y 4 son hombres. Sus edades oscilan entre los 89 y los 52 años. «Cada vez hai xente máis nova», expone la directora del dispositivo público, María Reyes Quelle Fra, que añade que esa circunstancia supone un reto para los 11 profesionales que hay en plantilla: 1 educadora social, 1 psicóloga, 1 enfermera, 1 terapeuta ocupacional, 6 auxiliares y 1 conductor. «Non ten nada que ver traballar cunha persoa de oitenta anos con deterioro cognitivo en grao 3 e que se move en silla de rodas, que cunha persona moito máis nova, á que hai que tratar de estimular doutra maneira», añade. Por eso, aunque para optar a una plaza, todos tienen reconocido un grado y nivel de dependencia por la Xunta, el centro cada enfermo es valorado a nivel físico, psíquico-cognitivo, funcional (movilidad) y social para elaborar un plan de atención individualizada.

«Non hai cousa que máis rabia me dea que que nos chamen ‘aparca anciáns’»

Terapias individuales y en grupo, gerontogimnasia, estimulación cognitiva, musicoterapia, talleres de manualidades... El entramado de actividades del centro de alzhéimer de Viveiro persigue un objetivo de principio a fin: mejorar la calidad de vida de los enfermos de alzhéimer. Abre de 08.00 a 20.30 horas, y cuenta con transporte adaptado, que emplean más del 80% de los usuarios. Las rutinas son fundamentales para que los afectados conserven el máximo tiempo posible capacidades, especialmente de autocuidado a la hora de asearse. Pese a todo, la labor que realiza el centro es casi desconocida. «Non hai cousas que máis rabia me dea que que nos chamen ‘aparca anciáns’», dice su directora.