La Diócesis Mondoñedo-Ferrol gestiona más de cinco millones de euros al año

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

El 45% de los ingresos son aportaciones directas de los fieles y el 36% del IRPF

19 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Por segundo año consecutivo, en un ejercicio de transparencia, la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol ha hecho públicas sus cuentas. Son accesibles a cualquiera a través de la web de la entidad que bajo la jurisdicción del obispo Luis Ángel de las Heras se extiende por un territorio de 4.523 kilómetros cuadrados, donde viven más de 260.000 personas y que se divide en siete arciprestazgos: Ferrol, Xuvia, Viveiro, Ortegal-As Pontes, Ribadeo-Miranda, Terra Chá y Mondoñedo. Las últimas cuentas corresponden al ejercicio 2016, cuando la diócesis ingresó 5.379.432 euros, una cantidad ligeramente inferior a la de 2015, que fue de 5.473.238 euros.

La diócesis se sostiene económicamente por dos principales fuentes de ingresos, las aportaciones directas de los fieles y la asignación tributaria. Del total ingresado, las primeras supusieron en 2016 un total de 2.445.923 euros, divididos de la siguiente forma: colectas, 616.028 euros; suscripciones, 279.710 euros; colectas para instituciones de la Iglesia, 507.990, y otros ingresos de los fieles, 1.042.193.

En 2015 esta partida suponía el 43,60% de los ingresos totales de la diócesis, porcentaje que en 2016 sube hasta el 45,4%.

Estas aportaciones constituyen la mayor fuente de capital para la diócesis, con la asignación tributaria (el Fondo Común Interdiocesano), que en 2016 supuso 1.953.997 euros, el 36,3%.

El resto de partidas son: ingresos de patrimonio y otras actividades: 403.889 euros (alquileres inmuebles, 38.244; financieros, 246.847, y actividades económicas, 118.797), y otros ingresos corrientes: 575.622 euros.

Los gastos

En cuanto al balance de gastos, por la misma cantidad que los ingresos, 5.379.432, la mayor partida los constituyen las acciones pastorales y asistenciales, con 2.448.261 euros; seguidas de la retribución del clero, 988.309 euros (587.143 euros correspondientes a los sueldos de sacerdotes y religiosos y 401.166 a cuotas de la Seguridad Social y otras prestaciones sociales); y la conservación de edificios y gastos de funcionamiento, con 608 287 euros.

En la retribución del personal seglar la diócesis gastó 519.395 euros (393.432 euros de salarios y 125.962 de Seguridad Social), y aportó a los centros de formación 488.386 euros (110.356 al seminario y 378.030 a otros).

Además, hizo frente a una serie de gastos extraordinarios por valor de 315.0570 euros (nuevos templos, 250.000; programas de rehabilitación, 24.917 euros, y otros gastos extraordinarios, 40.139).

 

Ingresos y gastos: 5.379.432 €

Fue la cantidad que gestionó la Diócesis Mondoñedo-Ferrol en el año 2016.

 

«Puede parecer mucho dinero, pero es un presupuesto muy ajustado»

Xoán Xosé Fernández Fernández es el ecónomo de la Diócesis Mondoñedo-Ferrol: «Estoy aterrizando y mis opiniones son muy superficiales», advierte. Y añade: «Entiendo que quien vea que gestionamos cinco millones de euros al año quizás piense que es muchísimo dinero, pero ahí están todos los ingresos de la diócesis, que tiene más de 420 parroquias y desarrolla una labor muy amplia, con lo cual todo lo que se hace es con un presupuesto muy ajustado. En general nosotros hacemos mucho con pocos recursos, intentando gestionarlos de la mejor manera posible».

«Por otra parte, la aportación directa de los fieles es muy importante en términos cuantitativos y porcentuales. Y es necesario que lo sea, por eso hacemos llamadas en ese sentido: los primeros que tenemos que colaborar en el sostenimiento de la Iglesia somos los católicos», señala el ecónomo.

Su opinión sobre la publicación de las cuentas es muy favorable: «Intentamos explicar qué se hace con el dinero. Y es mucho más de lo que la gente puede percibir que se hace en su parroquia. Hay detrás toda una labor asistencial y educativa, que es un dinero muy bien invertido. Hay que tener en cuenta que ya solo para el mantenimiento de las iglesias, que es muy precario, dada la cantidad que hay en toda las diócesis se necesitaría mucho más dinero del que se invirtió. Pero nos ajustamos y tratamos de sacarle el máximo partido al que tenemos».

«El ejercicio de transparencia con las cuentas es fundamental. No es una pose. No es una respuesta oportunista. Yo siempre he dicho que no tenemos que tener miedo a la transparencia, porque aunque puede haber errores o mala praxis en casos concretos, lo general es que gestionemos muy bien. No tenemos nada que ocultar. Dar a conocer lo que hacemos y con qué lo hacemos es fundamental para nuestra presencia en la sociedad», concluyó.