Juzgadas en la Audiencia Provincial dos parejas de Burela por tráfico de drogas

La Voz VIVEIRO, LUGO / LA VOZ

A MARIÑA

La Fiscalía mantuvo su petición de 57 meses de prisión para el matrimonio, y 42 y 24 para el resto

17 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la Audiencia Provincial de Lugo quedó ayer visto para sentencia el juicio contra un matrimonio de Burela y contra otra pareja que compartía vivienda en dicha localidad, a los que se acusa de un delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y, a los dos primeros, además, de tenencia ilícita de armas.

La Fiscalía mantuvo sus peticiones iniciales, de solicitar una condena de 3 años y seis meses de prisión y multa de 6.749 euros para el matrimonio (P. R.O. y L.F.S.C.) más otros quince meses de prisión por tenencia ilícita de armas, un delito que les achacan por tener en casa unos puños americanos y unos munchacos.

Con todo, la Fiscalía reconoció que los acusados eran el escalón más bajo en el tráfico de drogas y destacó también la situación económica penosa de los dos. Algo en lo que coincidió la defensa, aludiendo al hecho de que su cliente, Luis Felipe, se dedicaba a la escala más baja del tráfico de drogas, el trapicheo de hachís, que tenía dos niños pequeños y que estuvo en desintoxicación, por lo que pide que se aplique esta atenuante, que supondría una rebaja de dos años en la condena. Respecto a las armas, las defensas destacaron que no se cumplía el requisito de que fueran a usarlas y constituyeran un riesgo.

De Pilar destacó la defensa que no reconocía la actividad ilícita que le achacan y que era consumidora.

Para la otra pareja acusada también de un delito de tráfico ilícito de estupefacientes, pide la Fiscalía 3 años y seis meses de prisión en el caso de D.F. P. y dos años de prisión para S. O. O.

La defensa señaló que no resulta mínimamente suficiente la acusación que hace la Fiscalía a Sara y pide que se aplique la presunción de inocencia. Por su lado, la defensa de Diego se mostró sorprendida de que a su defendido no se le atribuya un hecho concreto. Diego fue el único que tomó la palabra, para pedir disculpas y afirmar «he cambiado mi vida».

Al matrimonio se le atribuye la distribución de sustancias estupefacientes en 2014 y 2015 desde su domicilio de Burela y a Diego, de distribuir por Foz y Burela.