Emoción, lágrimas y recuerdos en Viveiro en el Memorial Marcos Gómez

María Salgado
m.s. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Pepa Losada

Lleno en O Cembedo en el Viveiro-Dépor de juveniles y pasillo a los padres del jugador fallecido el pasado mes de julio

02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No apuntamos el resultado en titulares en este encuentro porque esta vez es lo que menos importa. Ayer a mediodía en el campo de O Cembedo hubo un protagonista, recordado por todos: el joven Marcos Gómez, fallecido -como saben- en accidente de moto en julio. Viveiro y Dépor de juveniles se enfrentaban en el Memorial Marcos Gómez en homenaje a ese joven jugador juvenil del equipo de casa.

La emoción, las lágrimas, el recuerdo, se desbordaron. Se preveía un acto, un partido, muy especial y así fue. Con el campo municipal de O Cembedo a rebosar, «como non se recordaba; moita xente, moitísima», destacaba un emocionado Paco Rojo, coordinador de categorías inferiores del club celeste. Miembros de los equipos de fútbol 11 del Viveiro hicieron un pasillo al padre y a la madre del joven fallecido cuando bajaron al campo y resultó difícil contener las lágrimas.

Curiosamente tan especial era este partido que el momento más importante del mismo fue el descanso. El capitán del Viveiro entregó un ramo de flores a la madre de Marcos Gómez. El presidente del club viveirense, Alfonso de Carlos, entregaba por su parte una placa conmemorativa al Deportivo juvenil por su participación en el homenaje. El concejal de Deportes, Emilio Villarmea, hacía lo propio ofreciendo un recuerdo conmemorativo al club local, al Viveiro, por el Memorial. Finalmente la alcaldesa, María Loureiro, daba una placa en recuerdo al padre y a la madre de Marcos G.

«Todo saíu moi ben; foi moi emotivo, de verdade; aínda estamos emocionados, co campo completamente cheo; eu só o vin así unha vez, cando foi a inauguración e ata hoxe», confesaba Paco Rojo. El partido fue muy igualado, venció finalmente el Dépor (Viveiro 0-Deportivo 1), pero después de tanta emoción, lágrimas y sentimientos, ni el propio Paco Rojo recordaba el resultado.