64 vecinos residentes en Cuba pagaron el cementerio indiano de Xerdiz

La Voz

A MARIÑA

CEDIDA

Fue construído en el año 1908 mediante las donaciones de emigrantes y 110 vecinos ourolenses

01 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo individualiza y distingue a la emigración gallega en el mundo son los numerosos actos de filantropía y beneficiencia que realizó en la parroquia de aquí e de acolá, como denominó J. A. Durán a las dos orillas del Atlántico.

Escuelas, traidas de agua, proyectos innovadores, plazas de abastos, hospitales, carreteras, nuevas ideas, cementerios… son algunas de las huellas que los emigrantes dejaron grabadas, a sangre y fuego, en la piel y en el alma de Galicia.

Entre los cementerios, destaca el Panteón de Gallegos Ilustres en el compostelano convento de San Domingos de Bonaval, pagado por los emigrados para acoger los restos de Rosalía y de quienes el pueblo considerase merecedores de descansar en él: Asorei, Brañas, Cabanillas, Fontán, Castelao…

En A Mariña, esa faceta solidaria dejó su legado en varios camposantos pero, sobre todo, en el bellísimo cementerio indiano de Xerdiz (Ourol) construido en 1908 mediante las donaciones de 64 vecinos residentes en Cuba y de 110 de la parroquia.

Los de acolá aportaron 279 pesos de plata y 185 de oro, el 78% del coste de la obra. Entre ellos figuraban Tomás Bahamonde (100 pesos de plata), Manuel Bahamonde (55), Fernando Santos (45), Franco Gómez (40) y Antonio Bahamonde, Ramón Rodríguez, Paulino Vázquez, Ramón Cao, Ramón Pita, Ramón García y Constantino Vázquez, con 10 pesos oro cada uno.

Otros donaron cantidades más pequeñas: Jesús Peón, José Cao, Manuel y José Gómez y Domingo Bahamonde 10 pesos, Ricardo Cervo y Francisco Camba 6, y el resto, entre 5 y un peso.

Los 110 de Xerdiz dieron 128 pesetas. Destacaron el párroco D.C. Fraga, Francisco Bahamonde y Antonio Fernández, con 5; Ricardo Suárez y Ramón Fernández, 3; Pedro Carballés y Bernardo Guerreiro, 2; y el resto, una peseta.

El cementerio se ubica próximo a la Taberna de Xerdiz en un espacio que articula un cruceiro: a un lado, la iglesia y la rectoral con un frente de siete ventanas y un amplio jardín conectado al templo por un escalinata de piedra; y al otro, la necrópolis amurallada y un atrio con cobertizos.

Rica ornamentación

La primera calle a la derecha y la que sigue pegada al muro son largas filas de panteones o túmulos, de entre 1908 y 1920. Algunos tienen 3 o 4 espacios verticales y otros son dobles horizontalmente. Construidos en piedra, sus columnas son muy trabajadas y coronadas por cruces, santos, esculturas y motivos religiosos.

Todos tienen una estética diferente pero con una secuencia misteriosa. Las esculturas hablan a través de detalles simbólicos, posturas y objetos que tienen un significado más allá de su función decorativa y religiosa. El ornato es extraordinario, muy rico y singular.

Las calles restantes son más recientes pero guardan una armonía que hace del de Xerdiz uno de los cementerios más hermosos y el más significadamente indiano de A Mariña.

martinfvizoso@gmail.com