Los ataques de lobos a perros en determinadas zonas de la Terra Chá no solo no son una novedad sino que en los últimos tiempos están resultando frecuentes: solo en el municipio de Vilalba, un animal resultó muerto, en la parroquia de Carballido, en la noche del lunes al martes, y otro, en la de Román, pocos días antes. En esta misma parroquia, además, ya se dio un caso similar la semana pasada, y en la de Goiriz, poco antes, varios perros murieron por ese mismo motivo.
La situación causa preocupación, dado que además los ataques se produjeron a pocos centenares de metros de casas, pero no sorpresa. Un cazador del municipio vilalbés explicaba ayer que lo ocurrido era una consecuencia de la falta de otros alimentos que solía tener el lobo, como es el caso del corzo, cuya población va en descenso. Sí hay jabalíes; pero por sus características ofrecen más resistencia, y además, si se meten en campos de maíz o en zonas boscosas, resultan poco accesibles para el lobo. Una prueba de su capacidad de defensa ante el lobo la encontraron, hace ahora precisamente dos años, unos cazadores de Guitiriz: en la sierra de Montouto, cerca del límite con el concello coruñés de Aranga, hallaron un lobo malherido a consecuencia del ataque de un jabalí.
«Se o lobo non ten que comer no monte, habemos ter un problema cerca das casas», aseguró ayer un cazador del ayuntamiento guitiricense. La imposibilidad de llevar al monte animales muertos, decretada hace años, también juega en contra de las posibilidades de alimentación del lobo, agregó ese cazador.
«Un can para o lobo non é nada», manifestó el citado cazador del municipio de Vilalba, que apuntó que si además había varios lobos juntos, la operación resultaba más sencilla: «Un par de lobos matan sen problema un can», dijo ese cazador, que también reconoció que los ataques ya no se concentraban en zonas de monte, como antes: «Está habendo lobos onde non había lobos», recalcó.