La guía de supervivencia del Resu pasa por el buen rollo y dormir algo

Iván Díaz Rolle
IVÁN DÍAZ / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Miles de fans llegan aún pletóricos al fin del Resurrection Fest, dispuestos a disfrutar de Rancid, Sabaton y 29 más

08 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No ha sido fácil, han tenido que organizarse y regular, explican, pero miles de «resus» han conseguido sobrevivir a tres días con casi 40 horas de conciertos y mucha fiesta para plantarse con ganas de más en la última jornada del festival viveirense. Les esperan otros 31 conciertos, con Rancid y Sabaton a la cabeza y no están dispuestos a dejar de disfutar ni un solo segundo, porque esto mañana ya habrá acabado.

Varias pandillas nos explicaban ayer sus trucos para sobrevivir: mucho buen rollo, alimentarse bien, dormir «lo posible» y el aseu y que nunca falte una muda limpia. También hay quien no hace ascos a un colchón o, al menos, una esterilla. Y algunos, como Alberto y Virginia, de Móstoles, consideran impresdindible también la protección solar: «Parece que no, pero va pegando». Y otros, como los barceloneses Iván, Eudald y Sergi incluyen también un repelente de mosquitos para los duros ratos en la tienda de campaña. «Ahí siempre hace falta cerveza, también», explican entre risas.

Aunque matizan: «Hay que tomárselo con calma, y alimentarse bien, porque son cuatro días a tope, en los que bebes y no paras». Los jóvenes catalanes, que asisten por tercer año al Resurrection Fest, llegaron ya el lunes a Viveiro y han sabido administrarse para disfrutar de «seis a ocho horas diarias» de música, pero también dormir «al menos cinco horas».

Ulises, Mikel y Manuel, sin embargo, llegaron el miércoles, pero el jueves disfrutaron de 12 horas de conciertos. Echaron en falta más lugares de sombra para descansar en el recinto de Celeiro. Destacan como imprescindible «organizar el tiempo, no ir a todos los conciertos, y comer bien».

Todos ellos aplauden la iniciativa del Eroski a pie de acampada, que les permite suministrarse «y a buen precio», explican. Aunque también hay quejas porque dicen que los lugares de acampada y los horarios de las duchas son insuficientes.