Viveiro, el cuarto cabeza de cartel del festival

I. D. R. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Los asistentes al Resu destacan la gastronomía, paisajes y trato que ofrece la ciudad mariñana

07 jul 2017 . Actualizado a las 10:26 h.

El Resurrection Fest es más que un festival, una experiencia, reza uno de los eslóganes del festival más extendidos. Y eso, según explican sus propios fans, lo garantiza no solo la gran calidad musical, sino también su localización en Viveiro. La ciudad del Landro tiene un efecto llamada tan potente como los cabezas de cartel Anthrax, Rammstein y Rancid.

LA GASTRONOMÍA

«Nada como el pulpo á feira y el albariño». Los que se acercan al festival no pierden la oportunidad de disfrutar de la calidad de la hostelería de la zona. El pulpo y bebidas como vino albariño o cerveza son los productos estrella que los llevan a llenar terrazas para reponer fuerzas antes de horas y horas de música.

Los paisajes

Las acampadas a pie de playa triunfan. «Ningún festival pone acampadas así, integradas en el pueblo y a pie de playa», razona un grupo de asiduos al Resu. Los arenales de Covas y Area, aún así, son solo dos de los parajes que frecuentan. Muchos se han dejado ver estos días también por el Monte San Roque, el Pozo da Ferida, el Souto da Retorta o el Fuciño do Porco, en O Vicedo.

El trato

«Aquí nadie nos mira raro». Tras 12 años, Viveiro ha entendido el festival como algo propio y acoge a los visitantes con extravagantes peinados, pendientes y vestimentas con total naturalidad. La comunión entre viveirenses y asistentes a veces incluso sorprende. En las propias redes del festival se hacían eco de la anécdota de una señora ofreciendo empanada y cervezas a un grupo de «resus» mientras les decía: «Si disfrutáis vosotros, yo también disfruto». Una historia común estos días.