«El teléfono móvil fue mi salvación durante esta vuelta al mundo»

María Cuadrado Fernández
m. cuadrado VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

DARIO SAN ISIDRO

Darío San Isidro destaca la belleza de Islandia tras concluir su vuelta exprés

31 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya de regreso en su querido Celeiro, Darío San Isidro todavía no ha pensado cuál será su próxima aventura. Acaba de regresar de un viaje exprés de 28 días por varios continentes, una experiencia que califica de «muy buena y recomendable». La decisión de compartir momentos de su viaje a través de las redes sociales aportó didactismo a lo que él planteó inicialmente como unas vacaciones en solitario: «Puedo decir que fue una experiencia redonda». Se confiesa un aventurero al que le gusta diseñar sus propios viajes, aún asumiendo riesgos. Esta libertad también le permite ahorrar dinero.

-Ya de regreso en casa, ¿qué fue lo mejor de su viaje?

-Lo mejor, sin duda, fue Islandia. Todos sus paisajes son increíbles, sus cascadas... Y después llegas a la capital del país, a Reikiavik, y descubres que, por las construcciones, parece un pueblo, un pueblo grande.

-Han sido 28 días intensos, de aeropuerto en aeropuerto y con estancias muy breves en cada ciudad... ¿está cansado?

-Al final un poco cansado sí estaba, pero no se crea.

-¿Cuál fue el vuelo en avión de mayor duración?

-Tuve vuelos de nueve horas, pero también hubo uno en el que pasé 26 horas viajando, de Kuala Lumpur a Moscú. Iba a hacer escala en Nueva Delhi, pero no tenía visado. Al ir en dos aviones te obligaban a entrar en el país y volver a salir del país.

-¿Le resultó difícil manejarse en diferentes idiomas?

-Hablo un poco de inglés y me manejé sin problema en la mayoría de los sitios. El único problema fue cuando llegué a Moscú. Allí no habla inglés nadie, en ningún lugar. Mire, en la Plaza Roja no pude entrar hasta el último día. Tenían todo cerrado porque estaban preparando un concierto. No entiendo como una ciudad tan visitada como Moscú puede cerrar así uno de sus reclamos turísticos más importantes.

-Creo que todavía no ha pensado cuál será su siguiente viaje...

-La verdad es que no, pero tiene que ocurrírseme algo. Ahora tendremos la cena del Colectivo Chilindrín.

-¿Y la otra cena comprometida si realizaba la hazaña?

-Esa quedará para después.

-¿Nadie le hizo ningún comentario sobre las camisetas que llevaba y en las que se podía leer «Chilindrines por el mundo»?

-Sí, sí que preguntaban, sobre todo la gente que hablaba español, también sudamericanos. Entre ellas, unas mujeres. En San Francisco, por el paseo, me encontré de frente con tres mujeres que conocían Viveiro porque habían veraneado aquí.

-¿Le da algunos consejos a quien decida aventurarse e iniciar un viaje exprés como el suyo o alguno similar?

-El teléfono móvil fue mi salvación en algunos momentos del viaje. Por ejemplo, lo usé mucho por el traductor cuando llegué a Moscú. El Google Maps te lleva a todos los sitios. Otra cosa fundamental es elegir una buena ubicación del hotel, que sea céntrico y esté bien comunicado con los transportes. Para eso el hotel en el que me alojé en Tokyo, muy bien comunicado. El teléfono móvil te ayuda mucho... si no llego a tener internet para vuelos y otros servicios sería imposible realizar este viaje en este tiempo.

-¿Y la experiencia de compartir con amigos y familia su viaje a través de las redes?

-Me resultó muy entretenido. Por eso cuando regresé a Celeiro les envié un mensaje a todos: «Bueno amigachos, viaje finiquitado, muchas gracias a todos por acompañarme, ha sido un auténtico placer».

DNI. Darío San Isidro es un celeirense de 39 años.

Cobaboradores. En esta aventura, San Isidro contó con el apoyo de Autoescuela Logo Mundial, que le consiguió el carné de conducir internacional, y del grupo Flanagan’s, que aportó las camisetas y le prometió una cena con amigos a su regreso.

Periplo. Salió de Celeiro el 28 de abril y regresó el 25 de mayo. Recaló en Londres, Reikiavik, Nueva York, San Francisco, Honolulú, Tokio, Kuala Lumpur, Moscú y Santiago.