Ferrolanos y asturianos ilegales castigan Ortegal y Cedeira por el percebe y el erizo

ana f. cuba CARIÑO / LA VOZ

A MARIÑA

17 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la última reforma del Código Penal ha tipificado como delito el furtivismo en el marisqueo, el problema no cesa. «Es gravísimo (...). Teníamos la ría vedada para la campaña de Navidad y la encontramos toda reventada; eso te indigna. Es una manera de conseguir dinero fácil y la gente se arriesga», declara el patrón mayor del pósito de Cariño, percebeiro. Juan Carlos Pardo Galgo cree que «se controla mucho más a los profesionales que a los furtivos». «Saben que nosotros no nos vamos a esconder y parece que el furtivo es el profesional», critica. Y lamenta que también haya algún percebeiro con licencia que trabaja fuera de la zona autorizada.

«Hay gente que lleva años dedicándose al furtivismo, lo difícil es cogerlos», constata la patrona mayor del pósito cedeirés, Lucía Villar Martínez. «Y cuando los pillan no pagan la multa porque son insolventes», señala Pardo Galdo.

Personal y medios insuficientes

A los siete guardas rurales que se ocupan de la vigilancia, contratados por las cofradías con subvenciones de la Consellería de Mar, -cuatro en Cedeira (incluye la reserva marina) y uno en Cariño, Espasante y O Barqueiro-, les corresponde tanto el control del furtivismo como el de los profesionales (exceso de capturas o especies vedadas).

El personal y los medios resultan insuficientes. «Con la nueva Ley ha desaparecido el furtivismo residual y se ha profesionalizado, unos han comprado embarcaciones y operan de forma más o menos legal, en apariencia. Los demás siguen, pero con medios, llegan y se van en taxi, traen vigilantes y ya tienen la mercancía colocada. Yo estoy solo vigilándolos a ellos, pero a mí me vigilan cada día dos o tres personas», relata un guarda.

«La mayoría trabajamos solos y se dan situaciones bastante comprometidas, de tener que salir corriendo en medio del monte, porque hay gente violenta a la que no le importa nada», comenta otro compañero. Por lo que cuenta, los ferrolanos ilegales operan cada vez más en la zona de Ortegal, en busca de piñas de percebe, mientras que los asturianos buscan erizos.