Francisco Soto Izquierdo cimentó su carrera política en el bando conservador en su sólida posición económica, en sus relaciones personales y en su visión política. En el año de 1927, cedió una finca de su propiedad, llamada Villa Rita, a la firma Nestlé para que instalase en Bayamo una fábrica para condensar leche. La región _rural, fértil y situada en el interior de Cuba_ reunía condiciones idóneas para ello por su alto número de cabezas de ganado y su notable producción lechera.
En ese momento, Soto Izquierdo era uno de los hombres más ricos de la región. Presidía la poderosa Asociación de Ganaderos y era el más significado representante de la burguesía comercial y ganadera local.
El entonces presidente de Cuba, Gerardo Machado, inauguró la nueva industria el 1 de junio de 1930. Su apertura significó la creación de 200 puestos de trabajo y un mercado seguro para los propietarios de ganado que tenían un lugar donde vender la leche fresca que producían. Cuba contaba en esa fecha con 6 millones de cabezas de ganado, la mayoría en el entorno de Bayamo.
La finca donada por Soto Izquierdo medía 13 hectáreas y 75 centiáreas. Se ubicaba a un kilómetro de la ciudad, al lado de su principal vía de acceso, del río Bayamo y de otras fincas suyas que ocupaban el llamado Barrio Azul. La fábrica de Nestlé fue construida por la Compañía Albarrán y Vivar y alcanzó un coste de 421.325 dólares. En 1959 fue nacionalizada por el régimen castrista. El complejo industrial fue un seguro para el sector productor, en manos de la burguesía conservadora y ganadera, pero generó un incipiente proletariado del que se nutrió el Partido Comunista Cubano, constituido en 1935. En él trabajó Abihail González, dirigente sindical que colaboró desde la clandestinidad con los revolucionarios de Fidel Castro, por lo que fue detenido y ejecutado en 1958. Hoy la fábrica de Nestlé en Bayamo, levantada en la finca que donó el hijo del emigrante de Mondoñedo, lleva su nombre.