Los altos precios no compensarían el previsible descenso de la producción
18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Primero la canícula del verano y ahora la lluvia pueden arruinar parte de la cosecha de faba de la comarca. La vicepresidenta del consello regulador Faba de Lourenzá, Mari Carmen Seijo, explicaba que las precipitaciones de estos días tenían que haber caído antes, a principios de agosto. Ahora, podrían ser positivas para la faba tardía, pero como no escampe, podría haber serios problemas con los hongos, con el oídio. No es el único contratiempo que han sufrido las cosechas este año. Ha proliferado, dice, la araña roja y han tenido problemas con el heliothis, «o verme verde que entra na vaina».
A dos semanas de la Festa da Faba, hay muy poca leguminosa seca recolectada, con lo que tendrían que echar mano de la que queda del año pasado que, según explicaron, no es mucha, y de la fresca. Por lo que ha trascendido, ahora mismo están vendiendo la que queda del año pasado, a granel, a 9 y 10 euros el kilo, un precio bueno que, sin embargo no compensa las pérdidas del volumen de faba que se había estropeado. El año pasado, explica Seijo, se manchó y tuvieron que tirar el 30 ó el 40%. Con el trabajo y el gasto que conlleva el cultivo de esta faba, no compensa aunque suba la cotización. Este año ya están empezado a vender fresca. Dicen que se está pagando a 5 y 6 euros, un precio bueno, si se salva la producción. El problema de la faba de Lourenzá es que, siendo de una calidad excelente, requiere unas condiciones y unos cuidados máximos en su cultivo. Las próximas semanas serán determinantes.
Mientras tanto continúan los preparativos para la Festa da Faba, que se celebrará a principios de octubre. Además, está previsto que el próximo día 25 comiencen los mercados dominicales de faba. Los productores que quieran vender en el recinto deben de solicitar el nuevo carné de fabeiro en el Concello de Lourenzá. Han de llevar el viejo.