Benito Colín Veiga, el fusilado alcalde de Cervo, y otros emigrantes políticos

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

En este edificio de La Habana tenía Colín su sastrería
En este edificio de La Habana tenía Colín su sastrería Martín Fernández

Retornado de Cuba, fue detenido a los tres días del levantamiento

22 ago 2016 . Actualizado a las 10:24 h.

A Benito Colín Veiga, alcalde de Cervo, las fuerzas reaccionarias le tenían ganas. Retornado de Cuba, era un hombre visceral, irascible y radical en sus planteamientos políticos. Cofundara UGT y era tesorero de Unión Republicana, partido por el que llegó a la alcaldía en mayo de 1936.

Así que cuando Franco se levantó en armas el 18 de julio de 1936 contra el gobierno legítimo de la República, tres días después, el 21, fue detenido por una columna de guardias y civiles que, al mando del teniente Florencio Yubero, había salido de Foz para participar en la toma de Viveiro que tuvo lugar ese mismo día.

Lo detuvieron en O Cruceiro cuando circulaba en un coche con armas requisadas para defender la legalidad republicana y lo encarcelaron en Viveiro y Lugo, donde fue fusilado el 10 de diciembre de 1936. Tenía 52 años.

Colín fue un caso más de la intervención de emigrantes en lo que Núñez Seixas llamó «a interacción Galicia-América na política local». En A Mariña, se concretó en la creación de partidos políticos antes de la Guerra y en la participación en gobiernos municipales después. Y también en la fundación de sindicatos, sociedades y ligas agrarias en Ribadeo, Barreiros, Viveiro y Ourol.

Pero sus aportaciones no acabaron ahí. Crearon sociedades que apoyaron el Estatuto del 36 y propulsaron monumentos, libros y medios para «difundir la luz y rematar con las tinieblas en las que se mueven los caciques», como dice El Agricultor, de Riotorto.

Los emigrantes no fueron los únicos en modernizar la política. Pero fueron decisivos en traer nuevos hábitos y en articular la sociedad civil _sobre todo el campesinado_ para darle nuevas formas de participación en la vida pública.

En Foz y Viveiro

La mayoría adoptaron posiciones progresistas, laicas y republicanas. Fue el caso de la dirección del PSOE de Foz en el 36 en el que todos eran retornados: Francisco Fuente, alcalde; José Paz; Francisco Camba, o Bernizador, que se exilió a Brasil cuando cayó Enriqueta Otero y la dirección del PCE de Lugo en 1947; o Ramón Martínez, Largo Caballero.

Y fue el caso de Balbino Cerdeiras Rey, dentista y emigrante en Cuba que regresó a Viveiro, militó en el Partido Galeguista y fue alcalde en abril de 1936. Como Colín, fue fusilado en Lugo el 12 de mayo de 1937.

Pero no todos los retornados tuvieron compromiso social o de izquierdas. Muchos -el viveirés Taladrid o los alcaldes de Foz, Paco Maañón; Ribadeo, Antonio Moreda; O Valadouro, Ramón Canoura, etc.- o se integraron en el status imperante debido a la mejora económica alcanzada en la emigración, o fueron activistas del conservadurismo.

Canoura, por ejemplo, fue tradicionalista e integrista en Cuba y O Valadouro, donde fue alcalde con Franco, empresario, contratista y regente de la Banca Canoura que funcionó hasta los años sesenta.

Colín fue detenido el 21 de julio de 1936, y encarcelado en Viveiro y en Lugo, y fusilado el 10 de diciembre

Colín regresó de Cuba en los años veinte y abrió una sastrería en la Praza do Lugar