El filántropo de A Devesa
En ella, algunos emigrantes perdieron, la mayoría empataron y una minoría ganó clara y rotundamente. Y ese triunfo desmedido fue un potente factor de atracción para los que pensaban marcharse. Pedro Murias, por ejemplo, el filántropo y tabaquero de A Devesa (Ribadeo), tenía en Pinar del Río una finca, llamada Vuelta Abajo, de 47.000 hectáreas. De ella salieron prestigiosos habanos como Balmoral, La Devesa, Flor de los campos de Cuba, El indolico, La Meridiana, Pedro Murias, La Reserva o La Viajera que convirtieron a su propietario en un riquísimo hacendado.
Los hermanos Barcia Boente -de Padróns (Ponteareas)- se enriquecieron en Iquitos (Perú) facilitando caucho (bastaba una incisión en el árbol de jebe para que el látex gotease todo el día) a la joven industria automovilística que lo precisaba para las llantas de los coches. Eran dueños del río Tapiche y cuando delimitaron su finca de la selva amazónica quisieron que tuviera las medidas de Galicia. Ni un metro más, ni uno menos. Su imperio duró lo que tardó la invención del caucho sintético. Pero les dio tiempo a construir en su pueblo escuelas y granjas experimentales, crear un economato y dotar a la localidad de un tendido eléctrico del que carecían las ciudades.