Las policías locales confirman que el tráfico se dispara en días sin sol
05 ago 2016 . Actualizado a las 13:52 h.Ayer era noticia nacional el abarrote que sufría Santiago de Compostela. Los turistas se alegraban de ver la catedral con día fresquito, «típico de Galicia». En la comarca algunas policías locales se afanaban en regular el intenso tráfico que registraban poblaciones como Foz o Ribadeo. No amaneció día de playa y los turistas se lanzaron a las carreteras para disfrutar de paisajes distintos al de la playa o para realizar compras, degustar la gastronomía o dedicarse a actividades diferentes a las que realizan en un día soleado.
En Viveiro hubo retenciones a distintas horas del día. Una vecina de Foz señalaba que empleó 70 minutos en llegar desde su localidad a la ciudad del Landro: «entre saír de Foz, o tráfico que me encontrei e entrar en Viveiro, hora e dez», afirmaba. En Ribadeo explicaba un policía que «cando non van á praia, a xente quédase no pobo». Ayer, con clima desapacible, no paraban de circular vehículos y una marea de gente se dedicaba a recorrer las calles de algunas localidades. La empleada de un establecimiento de Viveiro se quejaba del abarrote. «Nunca vin tal cousa, vender está ben, pero pensei que non saía». Constatan este aumento de movimiento en el comercio en una zapatería del casco: «Ahora mismo tengo muchísima gente, si puede llamar más tarde...», en un bazar, donde perciben que entra más gente de lo habitual, aunque algunos solo miren. En un bar-restaurante de la zona de la Pescadería: «estos días está viniendo mucha gente». En un supermercado de Foz señalan que este verano hay más afluencia que el año pasado y, respecto al tiempo, señalaban que ayer les pasó más gente, pero de ventas van parecido a otros días. En otro supermercado de la localidad señalan que «nós vendemos igual sempre». La excepción, en un restaurante cercano a la playa urbana de Foz, donde aseguraron que «cando chove notamos un baixón».
El sábado pasado, con llovizna, constatamos el abarrote de una tienda de deportes del polígono de Ribadeo, llena hasta la bandera de turistas a la busca de chubasqueros y prendas de abrigo.