Destacan en Viveiro «as múltiples facianas» de Cal Pardo, abriendo camino a los nuevos investigadores

M. G. B. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

x. r.

Una charla-homenaje evocó la figura del fallecido medievalista

19 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Viveiro acogió ayer una charla dedicada a evocar la vida y la obra del destacado investigador medievalista y archivero de la catedral de Mondoñedo, Enrique Cal Pardo.

El acto, organizado por Antonio Lage, pretendía ser un homenaje en el municipio natal del investigador, del que destacó que «es uno de los paleógrafos más importantes de Galicia, y gracias a el tenemos conservado y traducido el archivo diocesano de Mondoñedo». Su figura es «clave para la investigación histórica». Intervinieron el cronista oficial de Viveiro, Carlos Nuevo Cal, el periodista de la Voz y escritor Ramón Loureiro, y la historiadora y directora del Museo de Arte sacra de Mondoñedo, la condesa Simonetta Dondi dall Oroglio.

Nuevo Cal incidía en la importancia de Cal Pardo como medievalista, pero destaca también «as múltiples facianas» del investigador, como profesor, teólogo archivador y escritor. «Abriu moitos camiños aos novos investigadores cos seus coñecementos en paleografía e arquivista, foi capaz de transmitir os textos medievais», resaltó el cronista viveirense. «Máis que interpretar a historia, Cal Pardo aporta unha cantidade inxente de documentos escritos en lengua procesal e incluso máis antiga, que sería moi difícil de ler hoxe se non tés coñecementos de paleografía», añadió. De esta forma, señaló Nuevo, facilitó a los historiadores acceder a estos documentos originales.

Recordó también las publicaciones de Cal Pardo sobre diferentes aspectos relacionados con su municipio natal, cuatro en total: El monasterio de la isla Coelleira, De Viveiro en la Edad Media; Parroquia de Viveiro y Parroquia de Santa María de Galdo,, en la que nació.

En su intervención Carlos Nuevo tenía previsto también repasar los vínculos históricos entre Viveiro y Mondoñedo. La ciudad del Landro pasó a ser «dependiente» de los obispos de Mondoñedo a partir del silgo XII con la reina doña Urraca, «ata que se independiza convirtíndose en vila realenga». No fue una etapa tranquila. «Viveiro foi excomulgada ata en tres ocasións pola mitra, debido as liortas cos bispos», recordó.