Diez cámaras controlan el tráfico en la A-8, en A Mariña y Terra Chá

x. m. p. / s. c. VIVEIRO/ VILALBA / LA VOZ

A MARIÑA

Señales de advertencia de niebla en el tramo mariñano de la A-8.
Señales de advertencia de niebla en el tramo mariñano de la A-8. xaime fernández ramallal

Hay además un radar de tramo en Mondoñedo y prevén colocar otro en Ribadeo

03 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Dirección General de Tráfico está realizando trabajos de aumento de señalización dinámica y de gestión de tráfico en la autovía del Cantábrico (A-8) a su paso por la provincia de Lugo. La actuación se desarrolla en unos 70 kilómetros, los que van de Ribadeo a Vilalba, lo que supone la mayor parte del trazado de la transcantábrica desde que entra en Galicia desde Asturias hasta que acaba en Baamonde, al confluir con la A-6.

Instalar sensores de tráfico y meteorológicos, colocar paneles con mensajes variables, dotar a la autovía de más medidas de control de velocidad y aumentar el número de cámaras que supervisan la circulación son algunas de las medidas que se ejecutan en este proceso. En el caso de las cámaras, en todo el tramo de la transcantábrica que atraviesa la provincia de Lugo hay actualmente 10, aunque con una distribución desigual por zonas.

Las diez ahora en funcionamiento se sitúan entre el municipio de Mondoñedo y la llegada de la autovía a Baamonde, en un trayecto de algo más de 50 kilómetros. La mayoría de las cámaras, seis de las diez colocadas, ofrecen imágenes del tramo comprendido entre Arroxo (Lourenzá) y A Xesta (Abadín), conocido por los reiterados cortes de tráfico que se decretan por la niebla, particularmente intensa en el alto del Fiouco (A Pastoriza) y en los alrededores.

Esa abundancia de cámaras en un tramo tan sometido a vaivenes relacionados con las circunstancias meteorológicas, sobre todo la niebla aunque también el viento, contrasta con los aproximadamente 130 kilómetros que tiene ahora la A-8 sin ningún sistema de vigilancia de ese tipo. La última cámara colocada antes del kilómetro 540, que está situado en Mondoñedo y en el que se regula el tráfico en sentido creciente, es la de Carcedo (Castrillón), cerca de Avilés.

El aumento de la señalización ya se inició en la transcantábrica a su paso por Lugo antes de este plan de actuaciones. El grave accidente ocurrido en julio del 2004 en las inmediaciones del Fiouco, con decenas de vehículos implicados y una persona fallecida en una mañana de intensa niebla solo cinco meses después de la entrada en servicio de la autovía en esa zona, generó la colocación de más señales, pensadas para momentos de poca visibilidad: la limitación de la velocidad a 80 kilómetros por hora, la prohibición de adelantar o la obligatoriedad de encender las luces son algunos de los mensajes con los que se encuentran los automovilistas que circulan por esa parte de la autovía del Cantábrico.

La Transcantábrica contará con nuevas cámaras, que ya hay de Mondoñedo a Baamonde