Elvira Méndez, una ribadense pionera en la enseñanza y en la política

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

Arriba, profesoras de la Normal; debajo, corporación de Toledo
Arriba, profesoras de la Normal; debajo, corporación de Toledo

Fue directora de la Escuela Normal y concejal de Toledo

11 abr 2016 . Actualizado a las 10:46 h.

En la inconclusa historia de la lucha de las mujeres por la igualdad, dos hermanas de Ribadeo merecen especial mención. Cuando la mujer no tenía consideración ni derecho a voto, a principios del siglo pasado, una de ellas, Elvira Méndez de la Torre Rodríguez, fue directora de la Escuela Normal y concejal de Toledo y la otra, Adelina, periodista y maestra en Bilbao.

Elvira vino al mundo en 1873 en la calle del Correo y Hornos de Ribadeo. Era hija de Niceto Méndez de la Torre y de Rita Rodríguez Portomarín, ambos de Castropol. Cuando nació, su padre era escribiente pero luego ingresó en la carrera militar y falleció en Barcelona en 1903, siendo capitán de Infantería.

Maestra

En 1897, la joven Elvira obtuvo el título de Maestra de Primera Enseñanza en la Universidad Central de Madrid donde vivía la familia pues su padre estaba destinado en el Colegio de Huérfanos de Guerra. Completó su formación con estudios de Institutriz y Bellas Artes y fue Premio de Honor en la Escuela de Pintura y Grabado de Madrid, en 1902, bajo la dirección de Muñoz Degrain.

Al año siguiente, se tituló en Trabajo Educativo en la Escuela de Magisterio de Ripatransone (Italia). Luego fue pensionada por el Ministerio de Instrucción Pública para estudiar Psicología y Antropología en La Sorbona, en París, y en 1905 se graduó como Profesora de Educación Especial en Milán.

A partir de esa fecha, trabajó en las Escuelas Normales de Segovia y Avila hasta que, en 1910, llegó a Toledo. Tenía 37 años y alli permaneció hasta su muerte, en 1974, a los 101 años.

Estudio y trabajo

Mujer de carácter, Elvira Méndez hizo del estudio y del trabajo el norte de su vida. Eso le permitió dedicarse hasta los 75 años, ni más ni menos, a la enseñanza. Como directora de la Escuela Normal de Toledo aplicó iniciativas pioneras en la enseñanza en su tiempo, en línea con la renovación pedagógica tan en boga entonces.

Entre otras, promovió por vez primera las cantinas escolares, los roperos y las colonias. Creó la Decena, una institución que ayudaba a las alumnas pobres en sus necesidades de libros, hilos, telas, matrícula y otros gastos, e ideó la Fiesta de la Flor que recaudaba fondos para enviar a una colonia veraniega de Pedrosa (en Santander) a niñas enfermas. Es un ejemplo.

Todo ello _unido a que en 1929 promovió la moderna Escuela Normal en la toledana Puerta de la Bisagra_ hizo que su persona suscitara unánime aprecio y general respeto en una ciudad en la que logró una incardinación total de su escuela.

Al cumplir 100 años en 1973, la maestra ribadense recibió un cálido homenaje. Le fue concedida la Cruz de Alfonso X el Sabio y se creó el premio anual Elvira Méndez a la alumna que, por su comportamiento y rendimiento académico, fuese merecedora del mismo.

Un premio, según el claustro de la Normal toledana, .

Son dos mujeres ribadenses, Elvira y Adelina, en especial Elvira, que con su trabajo fueron pioneras y forman parte de estes personajes vinculados a A Mariña que hicieron historia y que recuperamos en esta sección que pretende buscar en las raíces del pasado reciente la identidad del tiempo presente.

Tuvo conciencia de género y fue concejal en Toledo

Elvira Méndez fue una mujer que hoy denominaríamos con conciencia de género. A lo largo de su trayectoria luchó por la igualdad de las mujeres y defendió que podían ocupar en la sociedad el lugar que le permitiesen sus capacidades sin que su condición femenina fuese un motivo de discriminación.

Su propio nombramiento como concejal del Ayuntamiento de Toledo en 1926 supuso para ella un punto de inflexión en esa conquista de la igualdad. Sólo estuvo en el mandato 1926-1930 pero fue la gran artífice de la construcción de la nueva Escuela Normal y de otras iniciativas culturales y sociales muy bien valoradas por la sociedad toledana.

Decidida partidaria del Directorio Militar de Primo de Rivera, publicó trabajos resaltando las mejoras y progresos debidos a la gestión del Gobierno con mano de hierro. Entre ellas, la ribadense destacaba el ?ambiente favorable que en los pueblos ha despertado y mantiene el Gobierno?, su ?liberalidad?, las subvenciones recibidas para educación, construcción de escuelas o cursos de formación, y la coincidencia entre su acción política _basada en la recuperación económica y en la mejora de la educación_ y las ideas regeneracionistas de Joaquín Costa, ?despensa y escuela?.

La maestra ribadense admiraba a Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán y a Teresa de Jesús. Permaneció soltera toda su vida y fue una mujer de fuertes convicciones religiosas. Era miembro seglar de la Orden Tercera Carmelita y por eso eligió el nombre de la santa de Ávila para denominar a la Escuela Normal a pesar de que diversas instancias habían propuesto su propio nombre. Ese gran sentimiento religioso, unido a sus ideales educativos, se entrelazaron a la hora de proponer algunas de las empresas que promovió, pues detrás de las cantinas escolares, los roperos o las colonias, existía un componente de beneficiencia y de asistencia social que, en línea con la tradicional caridad cristiana, iba más allá de una labor meramente pedagógica.

martinfvizoso@gmail.com

Su hermana fue maestra en Bilbao y periodista y su hermano dramaturgo

Adelina Méndez nació en Castropol en 1871. Tras cursar Magisterio, ejerció en el barrio de Concha (Bilbao) donde impulsó iniciativas pioneras como las de su hermana Elvira en Toledo. También ella fue pensionada por el Ministerio para ampliar estudios en París, Bruselas, Ginebra y Milán durante 1908 y 1909.

De espíritu inquieto y reivindicativo, participó en diversas iniciativas relacionadas con la educación. Representó al profesorado en la Exposición Escolar de 1905. Encabezó el grupo de maestros que analizaron la enseñanza en Bilbao y de cuyas sesiones salieron propuestas como eliminar premios y castigos. Fue directiva de la Asociación Nacional de Magisterio y en 1918 sostuvo una ponencia en el Primer Congreso de Estudios Vascos celebrado en Oñate.

Adelina Méndez fue regente de la Escuela Aneja de la Normal bilbaína y compatibilizó su actividad pedagógica con la publicación de artículos de variada temática en el periódico El Nervión.

Un tercer hermano de las dos pioneras maestras de Ribadeo, llamado Emilio Méndez, fue un autor de teatro y relatos, de relativo éxito, en el Madrid de la primera mitad de siglo. Sus obras más conocidas fueron las comedias Riquiña (1926), Los hijos de trapo (1928), Las diez de últimas y Fiestas de muerte y amor (1930). En colaboración con Manuel Linares Rivas _político y dramaturgo coruñés que fue diputado, Ministro de Fomento y senador vitalicio_ escribió El alma de la aldea y A martillazos. En su faceta de escritor de cuentos, Emilio Méndez publicó varios relatos en la revista Blanco y Negro con títulos como Vaya pastel (1935) o Cielo adelante (1935).

memoria de mariñáns por martín fernández