En libertad con cargos el presunto autor de 14 robos en locales de Foz

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Al parecer aprovechaba para actuar los permisos penitenciarios que disfrutaba

18 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer quedó en libertad con cargos A.G. L., de 31 años, detenido el sábado por la Guardia Civil de Burela, y al que le imputan la presunta autoría de 14 robos en establecimientos hosteleros de A Mariña, cuatro de ellos en grado de tentativa.

Se supone que aprovechaba los remisos penitenciarios que disfrutaba por hechos de naturaleza similar en los que estuvo implicado desde diez años atrás, para cometer los supuestos robos en bares y otros establecimientos, muchos de ellos de Foz, desde el 28 de septiembre del pasado año. Desde diciembre estaba en libertad condicional.

La detención de esta persona se produjo tras detectar los investigadores de la Guardia Civil un robo en un establecimiento que no se había denunciado. Las imágenes de una cámara de seguridad permitieron obtener fotografías que identificaban al detenido.

En la misma investigación los agentes identificaban un vehículo estacionado desde hacía tiempo en el mismo lugar, percatándose de que en el interior estaba el cajetín de una caja registradora. Tras localizar al propietario del vehículo este manifestó, al parecer, que lo había regalado a otra persona, que lo conducía habitualmente, y que al parecer era del círculo del detenido. También se localizó en el maletero del vehículo el resto de la caja registradora que pertenecía a un comercio en el que se había perpetrado un robo días antes a escasos metros del lugar donde estaba estacionado el vehículo.

Un segundo imputado

Al parecer una segunda persona, también de Foz, fue imputada en calidad de investigado, que supuestamente participó realizando funciones de vigilancia mientras el detenido accedía a los locales y perpetraba los robos.

Entre los robos que presuntamente le imputan están los de A Farola, Fraggle Rock, Costumes do Mar, la perfumería Vanidades, la estación de autobuses, la pizzería A Soalta y el Náutico.

El modus operandi era diverso, y siempre con fuerza. Para acceder al interior de los locales rompía puertas, ventanas o cristaleras, e incluso escalaba y se descolgaba a través de los falsos techos e incluso por los conductos de ventilación, para pasar de un local a otro.