«Para sentar a alguien en el banquillo quiero pruebas, no me valen indicios»

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

A MARIÑA

Roberto Brezmes en su despacho el pasado jueves.
Roberto Brezmes en su despacho el pasado jueves. Carlos castro< / span>

«No todo se queda en nada porque la justicia será lenta, pero es inexorable»

12 oct 2015 . Actualizado a las 14:13 h.

Hablando en términos coloquiales el nuevo fiscal de Lugo, Roberto Brezmes (Valladolid, 1971), parte con ventaja porque se conoce el percal. Lleva 12 años ejerciendo en la ciudad y tuvo que hincarle el diente a la operación Rei que redujo considerablemente. Asegura que cuando mete el diente a una operación viaja a la sala que se encargará del juicio a la cual tendrá que presentarle pruebas, hechos concretos. Por eso, no quiere indicios. Todo apunta a que las operaciones que le lleguen van a ser sometidas a un profundo centrifugado. Claro que, con tanta lentitud y vaivenes, puede acabar su mandato de cinco años y algunas no le habrán llegado. «Espero que en ese plazo (los 5 años) sí lleguen todas», advierte y además aclara que la última reforma ya establece plazos. Brezmes arranca ilusionado y presumiendo de una plantilla muy preparada. «Para un fiscal jefe es importante contar con especialistas de la talla de los de Lugo. Y no quiero vender ningún producto. He podido constatar esa realidad», advirtió.

-La jueza le mandó la operación Rei con 16 imputados y usted la redujo a 8. ¿Puede ser este un indicio de lo que ocurrirá con las que pululan por los juzgados?

-Yo puedo hablar de las que llevo. La Pollo supuso la imputación de muchas personas, pero la jueza ya sobreseyó libremente con respecto a algunas. Casi seguro que el escrito de calificación será contra personas concretas y por hechos concretos. Seguro que se reducirá el número. No todos los imputados serán acusados, ni mucho menos. La operación tiene un núcleo fuerte con aristas que salen de él, pero no se pueden concretar y yo no voy a acusar porque honestamente no puedo hacerlo. No voy a acusar, ni mantener la imputación un grado más sabiendo que no hay posibilidades. Y el fiscal no busca obtener una condena, sino una resolución justa y adecuada.

-Puede que eso pase porque falta de sintonía entre los jueces y fiscales. Luego viene la criba. ¿Qué piensa?

-No es un problema de sintonía. El tiempo que estuve en los juzgados, mi sintonía con los instructores fue grande, perfecta; pero cumplimos finalidades diferentes. La instrucción es para recabar datos y cuando hay información delicada que refiera la posible comisión de un delito, la obligación de un juez es llamar al afectado como imputado para que pueda defenderse. Es una garantía. Yo como fiscal pediré que sea llamado como imputado y, sin embargo, después de escucharle, puede que no le acuse. ¿Significa que el fiscal tiene la mano mas larga? No. Significa que yo tengo que acusar y para sentar a alguien en el banquillo tengo que tener pruebas, no me valen indicios. Esa criba de la que habla, depende en gran medida de eso.

-Hay una sensación de que mucho rebumbio con las operaciones y luego, nada...

-Yo no la tengo, pero es una sensación que es fácil que asuma la sociedad. Las instrucciones largas llevan a que cuando se inicia una operación los ciudadanos digan que es porque alguien hizo algo y las personas involucradas quedan señaladas. Pero pasa el tiempo y algunos ciudadanos dicen que no pasó nada, que los imputados andan por la calle, que no devolvieron el dinero... Pero una cosa ha de quedar clara: la justicia puede ser más o menos lenta, pero es inexorable. Al final llega y eso lo estamos viendo con personas que cumplen prisión que hace una década no imaginaríamos. Es verdad que hay muchas operaciones, pero no es verdad que no pase nada. Puede ocurrir que tarden en pasar las cosas, pero al final la justicia llega. Cierto que hay quien afirma que si una justicia es tardía no es justicia, pero los medios que tenemos son los que son y la velocidad de los procedimientos es la que es con la ley que tenemos.

-Y encima, el Supremo tener la espada preparada por cuestiones de procedimiento.

-Es complicado y creo que no se puede dar una respuesta única para todos los casos (...). Es difícil porque es posible que los procesos corran diferente suerte, pero imagino que cuando al final se definan todas las cuestiones va a quedar concretado cada asunto individualizado.

-Oiga, en la operación Pokémon no se le vio el pelo a ningún fiscal en muchas declaraciones. Eso da una sensación de abandono por parte de la fiscalía. ¿No cree?

-Creo que esa sensación es injusta. Yo, al mismo tiempo que veía que un compañero no iba a una declaración, lo veía trabajando en el mismo asunto en el despacho, haciendo un trabajo callado, silencioso; trabajo que, a lo mejor, no significa dar la cara en todos los asuntos. A veces el fiscal acude a algunas declaraciones y otras no. Hay que valorar. Los medios y los recursos son muy limitados. En Lugo estamos 17 fiscales y el año pasado fuimos a 2.500 juicios penales. Es verdad que a algunas declaraciones no pudimos ir o consideramos que había otro trabajo que hacer. En una fiscalía como Lugo el fiscal que lleva una macrocausa es el mismo que lleva otros muchos asuntos. Los recursos son limitados. Una declaración puede ser mediáticamente muy rimbombante y a nuestros efectos no, porque las finalidades que buscamos son diferentes. A veces no vamos por cuestiones de trabajo y deducir que hay una cuestión de abandono, me parece que es saltarse varios pasos.

entrevista Roberto Brezmes, nuevo fiscal jefe de Lugo